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miércoles, 27 de octubre de 2010

EL ESPÍRITU DE ASÍS



CARTA DE SAN FRANCISCO A LOS CIUDADANOS DEL MUNDO
"A cuantos vivís en la tierra, el hermano Francisco, os saluda con gozo y os deseo de todo corazón la Paz verdadera y el Amor fraterno de nuestro Señor y Hermano Cristo Jesús.
Hace ocho siglos, durante mi vida terrena, escribí cartas a todos los hombres invitándoles a vivir en paz, hermandad y santa alegría. Vuelvo a hacerlo ahora, a inicio del siglo XXI, porque me llegan noticias de violencias, odio, guerras, racismo, terrorismo, hambre...
Queridos hermanos: ¿Tendré que suprimir de mi Cántico de las Criaturas aquel verso que dice "Loado seas mi Señor, por nuestra hermana, la Madre Tierra"? ¿Tanto habéis endurecido el corazón que ya no os queda una gota de sentimiento, de compasión, de delicadeza, de cortesía, de amor?
¡Pobre Hermana Madre Tierra! cuando sus hijos cultivan el odio en vez del amor, crean discordia en vez de armonía y siembran lágrimas en vez de alegría.
Cuando el Señor me visitó con su paz, yo repetí a todos los hermanos: "La Paz con vosotros", "El Señor os dé su Paz", "Paz y Bien".

Hermanos todos, cuidad de este mundo enfermo:
-- Recuperad el silencio, aplastado por tantos ruidos.
-- Aprended a escucharos y escuchad a Dios en el rumor del río, la cascada, el bosque, el campo, la brisa del aire...
-- Fijaos en la alegría de los niños que juegan, en la mirada de los enamorados, en la caricia del beso de quienes os quieren... Porque quien llena los ojos y el corazón de tanta bondad e inocencia, es incapaz de asesinar la Vida y el Amor.
-- Dejad un sitio a Dios en vuestro corazón y la Paz interior irradiará ternura, alegría, esperanza, hermandad... a vuestro alrededor.
-- Haced llegar a todos los rincones del mundo estas palabras: "Paz y Bien".

Un abrazo de vuestro hermano Francisco de Asís

ORACIÓN DE SAN FRANCISCO POR LA PAZ
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz,
que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga perdón;
donde haya discordia, ponga unión;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga fe;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas, ponga vuestra luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Oh Maestro,
que no me empeñe tanto en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar;
pues dando, se recibe;
olvidando, se encuentra;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la vida eterna.

2 comentarios:

  1. Bellísimo blog, Hermanas! El Señor las bendiga y guarde.
    Paz y Bien
    Susana

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  2. ¡Muchas gracias, Susana! Eso nos anima a seguir compartiendo con vosotros nuestra vida en Cristo.

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