"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
--Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del candelero, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo."
VOSOTROS SOIS LUZ DEL MUNDO
“La Palabra que era la luz verdadera que alumbra a todo hombre”, dice a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo”.
La Palabra ilumina a todos viniendo al mundo. Los discípulos de la Palabra han de iluminar estando en el mundo.
La Palabra no es del mundo, sino de Dios. Y no son del mundo los discípulos, sino de la Palabra y del Padre que la pronuncia.
Hoy, en la celebración eucarística, escuchamos al Señor que dice: “Vosotros sois la luz del mundo”, y comulgamos con el Señor que es la luz del mundo.
Escuchas, crees, comulgas, y sabes que tu luz es la luz de Cristo que brilla en tus pensamientos, en tus palabras, en tus sentimientos, en tu rostro, en tus gestos, en tus obras, en tu vida.
Escuchas, crees, comulgas, y sabes que ser luz, como ser Cristo, no es sólo lo que la gracia y la fe han hecho de ti, sino que es también tu vocación, lo que la gracia y la fe han de completar en ti.
Entra en el misterio de tu vocación, que es el misterio de tu comunión con Cristo: “Vosotros sois la luz del mundo”.
No lo sois por poderosos, no lo sois por sabios, no lo sois por vuestras riquezas, no lo sois por vuestro ingenio. Sois luz porque estáis en el mundo como el que sirve, como discípulos de la Luz que dijo de sí misma: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos”.Sois luz porque, como Jesús, habéis sido ungidos por el Espíritu Santo y habéis sido enviados “a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista”.
Ahora escucha las palabras del profeta: “Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo… Entonces romperá tu luz como la aurora… Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”.
Hoy, la sencilla declaración evangélica: “Vosotros sois la luz del mundo”, es un envío en misión al mundo de tinieblas en que viven los pobres."
Feliz domingo.
+ Fr. Santiago Agrelo
Arzobispo de Tánger
VOSOTROS SOIS LUZ DEL MUNDO
“La Palabra que era la luz verdadera que alumbra a todo hombre”, dice a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo”.
La Palabra ilumina a todos viniendo al mundo. Los discípulos de la Palabra han de iluminar estando en el mundo.
La Palabra no es del mundo, sino de Dios. Y no son del mundo los discípulos, sino de la Palabra y del Padre que la pronuncia.
Hoy, en la celebración eucarística, escuchamos al Señor que dice: “Vosotros sois la luz del mundo”, y comulgamos con el Señor que es la luz del mundo.
Escuchas, crees, comulgas, y sabes que tu luz es la luz de Cristo que brilla en tus pensamientos, en tus palabras, en tus sentimientos, en tu rostro, en tus gestos, en tus obras, en tu vida.
Escuchas, crees, comulgas, y sabes que ser luz, como ser Cristo, no es sólo lo que la gracia y la fe han hecho de ti, sino que es también tu vocación, lo que la gracia y la fe han de completar en ti.
Entra en el misterio de tu vocación, que es el misterio de tu comunión con Cristo: “Vosotros sois la luz del mundo”.
No lo sois por poderosos, no lo sois por sabios, no lo sois por vuestras riquezas, no lo sois por vuestro ingenio. Sois luz porque estáis en el mundo como el que sirve, como discípulos de la Luz que dijo de sí misma: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos”.Sois luz porque, como Jesús, habéis sido ungidos por el Espíritu Santo y habéis sido enviados “a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista”.
Ahora escucha las palabras del profeta: “Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo… Entonces romperá tu luz como la aurora… Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”.
Hoy, la sencilla declaración evangélica: “Vosotros sois la luz del mundo”, es un envío en misión al mundo de tinieblas en que viven los pobres."
Feliz domingo.
+ Fr. Santiago Agrelo
Arzobispo de Tánger
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