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sábado, 22 de octubre de 2011

BREVE HISTORIA DE NUESTRO CONVENTO (X)



Las Monjas Franciscanas Clarisas Descalzas desde su coro conventual
siguen alabando a Dios y cantando sus maravillas en el siglo XX
Nuestra ciudad de León, desde siempre ha titulado “Las Descalzas” a la Comunidad del Convento de la Santa Cruz.
No todas las mujeres pueden emprender este camino, se necesitan además de la Vocación, ciertas cualidades: humanas, morales y religiosas, que en el Convento –las que abrazan esta vida– la enriquecen y subliman. Lo primero que ha de ser una hija de Santa Clara para verse realizada como su fiel seguidora, es ser una “mujer” en toda la extensión de la palabra, con sus sentimientos y finura femenina, su prudencia, su talante jovial y abierto, su comprensión y su ternura; con sentido profundo de responsabilidad, siendo siempre veraz, justa, sincera, equilibrada… Cimentando día a día y año tras año, con la luz y fuerza del ESPÍRITU SANTO, su vivir arraigado en las tres Virtudes Teologales: FE VIVA, FIRME Y ACTIVA; ESPERANZA CIERTA Y SEGURA EN LA PROVIDENCIA DE DIOS; CARIDAD UNIVERSAL Y CONSTANTE, QUE DESTILA Y PRODIGA: BONDAD, AMOR… Todo lo dicho da como fruto: Paz y Alegría para vivir y convivir en una Comunidad de almas elegidas por Dios mismo.
HE AQUÍ NUESTRO CAMINO FRANCISCANO CLARIANO
El Franciscanismo es un tesoro de actualidad inmarcesible. Sigue predicando a viva voz o en el silencio de la Oración, sin que jamás resulte anacrónico.
Hay quien piensa que una simple “monjita” de vida de oración y penitencia no interesa fuera de los ambientes clausúrales; sin embargo, la historia nos dice que en sus distintas épocas, la vida monástica ha aportado muchas cosas buenas y edificantes: Caridad, luz, poesía, pureza, ternura, gozo, feminidad contemplativa que enriquece el espíritu y el arte, y no sólo a la Iglesia, a toda la humanidad...

Sigue caminando el siglo XX

La vida evoluciona: Somos hijas del TIEMPO que trasciende tras las horas, los días y los años…, pero que las seguidoras de Santa Clara están siempre presentes en los ambientes eclesiales y sociales, pertenecemos y estamos comprometidas de por vida, en la misión sublime de la Oración, somos las ORANTES del universo, porque seguimos a JESÚS DE NAZARET, que nos dio como norma el “orar” sin intermisión.
Adaptación a nivel de Orden

En el año 1957 se hizo público y se nos dio a conocer de manera muy particular a las Monjas de Clausura, el Documento Pontificio de SS. Pío XII, Sponsa Christi, en dicho Documento entre las muchas cosas que señalaba para nuestra perfección en el claustro, sugería las Federaciones de los Monasterios Contemplativos. En el estudio y reflexión sobre la voz del Papa, la Comunidad vio clara la voluntad del Señor y aceptó la erección de la Federación de Clarisas en la Provincia Franciscana de Santiago, emprendiendo la andadura de “evolución y adaptación” en un nuevo camino… Con esta novedad, una vez más la bondad de Dios, se derrama abundante en nuestros claustros, haciendo que todos podamos ayudarnos, comunicándonos los bienes espirituales, y si es necesario también los materiales, por medio de la Federación. Damos gracias a Dios por este nuevo beneficio… El primer Capítulo Federal y las elecciones del mismo, se celebró del 5 al 13 de septiembre de 1957, en el Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús de Cantalapiedra (Salamanca), siendo elegida como primera Presidenta de la Federación, la Rvda. Madre María de Jesús Amor Misericordioso. El primer Asistente Federal fue el Rvdo. Padre Serafín García Besteiro, ofm.
Nuestra vocación contemplativa en clausura es universal; y bien vivida testimonia otro vivir escatológico por la Resurrección de CRISTO.
Se desliza nuestra existencia en el claustro con Cristo escondidas en Dios, por eso en nuestros Conventos se nos conoce a través de unas celosías o rejas que son signo y custodia de algo muy estimado por el Señor: “La Iglesia orante”, que se deja ver y acercarse a nuestros hermanos a través de este medio simbólico de unión y retiro.


UNA VISITA DISTINGUIDA E IMPORTANTE
Con motivo del Congreso Eucarístico Nacional del 5 al 12 de julio de 1964, el Delegado Papal para este gran acontecimiento en León, Eminentísimo Cardenal Juan Landázuri Rieketts, Arzobispo de Lima, visita nuestra humilde Comunidad y celebra la Santa Misa en nuestra antigua Iglesia el día 8 de julio de 1964. La Comunidad disfrutó muchísimo con esta distinción del Eminentísimo Cardenal, recibiendo con gratitud sus exhortaciones eucarísticas y bendición episcopal.

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