Hemos llegado por fin al umbral de la Noche santa, de la noche que hemos esperado y preparado durante todo el Adviento: la Nochebuena. En esta media noche más clara que el mediodía, parece que sobre el mundo ¡los cielos comienzan a destilar dulzura de miel, brillan las estrellas, llueve el Amor!
Reunidas nosotras en familia como verdaderas franciscanas, entremos en esta noche apasionante, con el alegre “son” de un antiguo villancico.
Las Descalzas esta noche
lograrán un grande bien
adorando a Jesús Niño
en el portal de Belén.
¡Ay qué lindo! ¡Ay qué bello!
¡qué divino Niño es!
¡Pastorcita, ¿no le ves?
¡Ay, mírale, mírale, pastorcita!
¡ay, mírale, mírale, mírale!
Los ojos del Niño son
graciosos, lindos y bellos,
y tienen un no sé qué en ellos
que me roba el corazón.
Lo que más suele robar
en el verdadero amor
y descubrir más favor
es un alegre mirar.
La blanca frente y su vuelo,
la ceja tan bien sacada,
la boquita colorada,
cierto, ¡son cosas del cielo!
¡Ay, qué lindo!...
Qué hermoso, el lenguaje del corazón es la poesía y siendo para el Niño Jesús que nos acaba de nacer en el corazón... no tiene precio!
ResponderEliminarQue Dios las acompañe siempre y las fortalezca, hermanitas FELIZ NAVIDAD, no son simples palabras, es deseo de felicidad verdadera en CRISTO que nos ama tanto!! Bendicionessss
¡Muchas gracias, Estrella!También nosotras te deseamos un Feliz Año Nuevo y que el Señor te bendiga y te guarde, te muestre su Rostro y te conceda su Paz.
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