Dice San Bernardino de Siena, que “la
norma general que regula la concesión de gracias singulares a una criatura
racional determinada es la de que, cuando la gracia divina elige a alguien para
un oficio singular o para ponerle en un estado preferente, le concede todos
aquellos carismas que son necesarios para el ministerio que dicha persona ha de
desempeñar.
Esta norma se ha verificado de un modo
excelente en san José, que hizo las veces de padre de nuestro Señor Jesucristo
y que fue verdadero esposo de la Reina del universo y Señora de los ángeles”
¡No tengas miedo! Confía plenamente en el
Señor y dile que sí. Él no te defraudará. Los planes de Dios son siempre
mejores que los nuestros, aunque no lo veamos claro. Fíjate en San José y
encomiéndate a él para que te ayude en este camino.
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