¡Fusión...!
¡Por fin ya todo mío!
Has colmado mi
anhelo plenamente;
has dejado en mi
alma
flotando en el
ambiente
fragancia de tu
beso delicioso...
¡y en mi vida tu
paz!
¡oh amadísimo
mío! ¡Qué bondad!
Eres mi bien y todo mi tesoro
mi luz, mi
confidente a quien adoro:
nada deseo ya.
Cual mi Madre en
la noche venturosa
de su éxtasis
divino,
no siento soledad
ni desamparo,
¡tengo la
Plenitud! ¡Oh Jesús!
¡Quédate para
siempre en este cielo
que Tú te has
escogido!
¡Quédate! que
suspiro por quedarme contigo
inmóvil en el
fondo de este nido.
¡Consume ya mi
vida totalmente!
envuelta en esos
rayos de tu luz refulgente
me quedaré
apoyada
en ese Corazón,
que es mi morada...
Así cuando termine la noche de esta
vida
despertaré en un
día venturoso
que será ya sin
fin...
Y en éxtasis de
amor arrebatada
cantaré
eternamente al amor de mi vida,
quedando para
siempre enajenada
en la Luz de ese
Sol que me cautiva.
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