ORACIÓN
Oh Dios omnipotente, que con Santa Clara
hiciste resplandecer en tu Iglesia y en el mundo una nueva luz de santidad, haz
que su ejemplo e intercesión nos anime para que también nosotros seamos fieles
testigos de tu amantísimo Hijo. Por
Jesucristo nuestro Señor.
DÍA 8º
Del evangelio según San Lucas (23, 44-46)
“Hacia el mediodía las
tinieblas cubrieron toda la región hasta las tres de la tarde. El sol se
oscureció, y el velo del templo se rasgó por medio. Entonces Jesús lanzó un
grito y dijo: Padre, a tus manos confío mi espíritu. Y dicho esto expiró.”
REFLEXIÓN
Como Jesús muriendo en la
cruz, Clara ha realizado su misión y espera la última hora. El Señor ratifica
su vida santa con una muerte santa.
DE LA LEYENDA DE SANTA CLARA
“Se apresura ya la divina
Providencia a cumplir sus propósitos respecto a Clara; se apresura Cristo a
sublimar al palacio del reino soberano a la pobre peregrina. Ansía ya ella y
suspira con todo su anhelo verse libre de este cuerpo de muerte y contemplar en
las etéreas mansiones a Cristo reinante, a quien pobre en la tierra, ella, pobrecilla, ha seguido de
todo corazón. Y he aquí que a sus benditos miembros, deshechos ya por viejas
dolencias, se les suma una extrema debilidad, que presagia su próxima llamada
hacia el Señor y le prepara el camino de la salud eterna. Se da prisa el señor
Inocencio IV, de santa memoria, juntamente con los cardenales, por visitar a la
sierva de Cristo, y no duda en honrar con su presencia papal la muerte de
aquella cuya vida había comprobado tan superior a las demás mujeres de nuestro
tiempo. Entrando en el monasterio, se dirige al lecho y se acerca su mano a los
labios de la enferma para que la bese. La toma ella con suma gratitud y pide
besar con exquisita reverencia el pie del Papa… Pide luego con rostro angelical
al Sumo Pontífice la remisión de todos sus pecados. Y él exclama: “¡Ojalá no
tuviera yo más necesidad de perdón!”; y le imparte, con el beneficio de una
total absolución, la gracia de una bendición amplísima… Se la ve, finalmente,
debatirse en la agonía durante muchos días… Y es ciertamente admirable que, no
pudiendo tomar alimento alguno durante diecisiete días, la vigorizaba el Señor
con tanta fortaleza, que podía ella confortar en el servicio de Cristo a
cuantos la visitaban”
Pidamos al Señor por intercesión de Santa Clara,
las gracias que deseamos alcanzar en esta Novena.
Padrenuestro,
Ave María y Gloria
ORACIÓN
FINAL
¡Oh Virgen
prudente, Ángel de la Eucaristía,
Santa Clara de
Asís, mensajera de paz y amor!
Tú que en la
tierra fuiste dispensadora
de los tesoros
de la divina bondad,
atiende las
súplicas
que te
dirigimos en esta Novena,
y dígnate
acogerlas favorablemente
a mayor gloria
de Dios.
Madre Clara
custodia de Jesús,
seráfico ideal
de santidad.
Llévanos tras
las huellas de tu luz,
al fulgor de
tu eterna claridad.
Puro lirio
encantador
del jardín de
un serafín,
de tu semilla
de amor
ha florecido
un jardín.
Y una legión
de almas puras,
buscan las
huellas de Dios,
en marcha por las alturas
de tus
fulgores en pos
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