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miércoles, 27 de enero de 2010

¡¡ GRACIAS, SEÑOR... !!



Sí, Gracias Señor, porque me has cuidado como a la niña de tus ojos. Me amas con amor gratuito, no miras ni lo que tengo, ni lo que valgo. Siempre me acoges y me custodias...
Nunca estoy sola, dentro de mí hay una presencia viva, es Dios que está amándome siempre sin medida. Desde aquí todo cobra sentido: los gozos y las tristezas, lo agradable y lo desagradable se convierte en una fuente de amor.
El primer regalo de Dios fue el nacer en una familia cristiana que me transmitiera la fe; recuerdo muchas veces a mi padre rezando el rosario en familia: siempre lo dirigía él, se quitaba la gorra y con qué unción y respeto lo rezaba.
Desde pequeña ya quería ser monja. Cuando iban las monjas a pedir por el pueblo me daba como envidia y pensaba: “Cuando seré yo como ellas”.
Mis padres, con gran esfuerzo por su parte, me enviaron a un colegio para formarme mejor en cultura general. ¡Qué feliz me sentí!
Otro don inmenso de Dios fue el llamarme a seguirle en la Vida Religiosa. Quise quedarme con las monjas del colegio pero no me fue posible por el “NO” rotundo de mi madre.
De nuevo el Señor repitió la invitación, con una fuerza y un impulso que nada ni nadie podía detenerme. Fue una lucha grande, quería ser toda de Jesús, pero qué incertidumbres, qué miedos... Era una chiquilla alegre pero nada comunicativa, entonces a nadie decía nada y esto no me favorecía.
Por fin todo se solucionó y entré en las Clarisas, donde nunca pensé.
Siempre soñé con tener una hermana y el Señor me regalaba unas cuantas que me brindaban su alegría, su sencillez y su cariño.
¡Gracias Señor por el don de las hermanas!
Dios me sigue llamando cada día a compartir con Él su misma Vida que me da por entero en la Eucaristía. Y como toda llamada exige respuesta, cada día le entrego el SÍ de mi amor.
¡Soy feliz! y quisiera haceros partícipes de esta felicidad, de esta alegría, de este amor.
Que nadie tenga miedo al sentirse llamado por Jesús, hay que seguirle con decisión y valentía. Él es fiel y no defrauda nunca.

Sor Mª Rosa Blanca de Getsemaní

1 comentario:

  1. ¡MI QUERIDA HERMANA SOR Mª ROSA BLANCA DE GETSEMANÍ!

    ESE SÍ QUE LE DAS AL SEÑOR CADA DÍA ES UN REGALO PARA PARA MOSTRARLE LA FE AL MUNDO ENTERO, PORQUE SOSTIENES A CRISTO VIVO EN TU CORAZÓN, Y ENTONCES ÉL HACE MILAGROS Y OBRAS SANTAS SIENDO TÚ SU INSTRUMENTO!

    ...CUANDO ME SIENTO LLENA DE TENTACIÓN, RECUERDO TU SONRISA, HERMANA, Y VEO A CRISTO VIVO, Y ENTONCES AUMENTA MI FE!
    YO NO PUDE ESTAR PRESENTE CON ÉL EN EL SIGLO PRIMERO, PERO AHORA ME DA EL REGALO DE CONOCERTE A TI, QUE ERES SU ESPOSA E INSTRUMENTO DE AMOR, Y ES MARAVILLOSO...PORQUE YA NOS DIJO QUE ESTARÍA CON NOSOTROS TODOS LOS DÍAS DE NUESTRAS VIDAS!

    EL DON DE LA FRATERNIDAD ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS QUE NOS HA ENTREGADO...

    ¡CUÁNTO TE HA AMADO Y PROTEGIDO EL SEÑOR DESDE SIEMPRE!!! GRACIAS POR TU VIDA HERMANA!

    ¡QUE EL SEÑOR SIEMPRE TE LLENE CON SU LUZ Y TE COLME DE FELICIDAD HASTA QUE DESCANSES EN SU REINO ETERNO, AMEN! ¡DOY GRACIAS A DIOS POR ESTE REGALO QUE ES TU VIDA DE AMOR!

    la florecilla pulgarcina...

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