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domingo, 17 de agosto de 2014

XX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO



SALMO RESPONSORIAL
SALMO 66
R. - OH DIOS, QUE TE ALABEN LOS PUEBLOS, QUE TODOS LOS PUEBLOS TE ALABEN.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.-

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R. -

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R. -

 SAN MATEO 15, 21-28
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
-- Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
-- Atiéndela, que viene detrás gritando.
Él les contestó:
-- Sólo me han enviadlo a las ovejas descarriadas de Israel.
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas:
-- Señor, socórreme.
Él le contestó:
-- No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Pero ella repuso:
--Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.
Jesús le respondió:
-- Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.
En aquel momento quedó curada su hija.


“QUE TODOS LOS PUEBLOS TE ALABEN”:

Ésta es hoy la oración de la comunidad eclesial: “¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben”.
Es la oración de la comunidad que vive en la alabanza de su Señor, pues se reconoce comunidad bendecida, iluminada por la luz del rostro de Dios, agraciada, guiada en el camino por la presencia amorosa de su Señor, inundada de alegría por la salvación que le he venido de Dios.
La Iglesia, para que todos alaben a su Señor, para que todos sean atraídos a su  monte santo y se alegren en la casa de su Dios, pide que venga sobre todos, como una bendición, la justicia, la rectitud, la salvación, la paz.
La Iglesia pide la bendición, y el Señor su Dios, que le entregó a su Hijo para que, en ese Hijo, todos fuésemos bendecidos con toda clase bienes espirituales y celestiales, la envía también a ella, nos envía a todos sus hijos para que llenar de bendiciones la vida de los pobres.
Que todos los pueblos alaben a Dios porque han encontrado su bendición en tus manos.
Feliz domingo.


--
Siempre en el corazón Cristo.

+ Fr. Santiago Agrelo
Arzobispo de Tánger


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