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sábado, 8 de diciembre de 2018

UNA MADRE EN MI CAMINO (2)


Saludo a María
            Te saludo, Madre mía,
en esta alegre mañana
en que florecen las rosas
y la oración a tus plantas.
         Te rodean corazones
que te quieren y te cantan;
te rodean con cariño
y te dedican plegarias.
         Aquí estamos con anhelo
de obsequiarte, Virgen santa
Virgen y Madre bendita,
faro de dulce esperanza.
         Tu nos alumbras el Sol
a quien va toda alabanza
campo florido de espigas,
vid de amor, siempre colmada.
         ¡Todos queremos honrarte
como a nuestra Madre amada!
¡Todos queremos cantarte
el rosario y mil plegarias!
         Eres azucena bella,
rosa de nuestra alborada,
gentil palmera que alegra
el desierto con su gracia.
         Eres Madre, en noche oscura
luz, que a los cielos señala
que sonríe y que consuela
en las horas más amargas.

           
A Ti acudimos, oh Madre,
con ternura ilimitada
porque siempre nos acoges, `
porque siempre nos aguardas,
porque siempre vigilante
nos tiendes tu mano amada.
         Deja, pues, que hoy te digamos
con el corazón y el alma:
¡Madre! ¡no nos abandones!
¡Conforta nuestra esperanza!
¡Y danos siempre a Jesús
fuente de amor y de gracia!



¡Feliz día a todos en esta fiesta de la Virgen Inmaculada!
      


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