Martes:
Ester y Mardoqueo un "sí" que libera
Mardoqueo fue un piadoso judío que sirvió en la corte
del rey Asuero; primo de Esther, a quien adoptó tras la muerte de los padres de
esta.
Ester es una bella judía que se convirtió en la reina
de Persia y de Media cuando se casó con el rey Asuero (Jerjes I). Su historia
se narra en el libro de Esther.
Mardoqueo descubre un complot contra el rey Asuero,
evitando el asesinato al anunciarle a la reina Ester que unos de sus hombres
procuraban algo contra el rey.
Sin embargo, las intrigas palaciegas se ciernen sobre
ambos cuando Amán, hombre de confianza del rey, abusando del poder que le había
concedido decreta el exterminio del pueblo judío. Ellos exponen su vida corriendo
un riesgo alto al interceder ante el rey por su pueblo. Dios se vale de estos
dos personajes para imponer justicia y verdad, y para salvar a su pueblo. El
rey escuchó benévolo a Ester y le concedió a Mardoqueo poder para que publicase
un nuevo decreto que sirviese para contrarrestar el primero.
ESCUCHAMOS LA ORACIÓN DE MARDOQUEO Y ESTER: (ELEGIR)
¡Rey omnipotente! (...) Tú hiciste el cielo y la
tierra, cuantas maravillas existen bajo el cielo. Eres Señor de todo, y nadie
se te puede oponer, Señor. Tú lo conoces todo, tú sabes, Señor, que no por insolencia,
orgullo o pundonor, me negué a inclinarme ante el orgulloso Amán, pues gustoso
besaría las plantas de sus pies por la salvación de Israel. Pero yo lo hice por
no rendir gloria a un hombre por en-cima de la gloria de Dios; no me postraré
ante nadie, sino ante ti solo, Señor; y no dicta el orgullo mi conducta. Ahora,
pues, Señor, Dios, Rey, Dios de Abrahán, perdona a tu pueblo, porque andan
mirando cómo destruirnos y desean exterminar la heredad que fue tuya desde
siempre (...) Escucha mi oración, muéstrate propicio a tu heredad; convierte
nuestro duelo en alegría, para que, viviendo, cantemos himnos a tu Nombre,
Señor (...).
La reina Ester se refugió en el Señor (...).
Despojándose de sus magníficos vestidos, se vistió de angustia y duelo (...) y
suplicó al Señor, Dios de Israel, diciendo: «Señor y Dios nuestro, tú eres
único. Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo socorro sino en ti, y mi vida
está en peligro. Yo oí desde mi infancia, en mi tribu paterna, que tú, Señor,
elegiste a Israel de entre todos los pueblos, y a nuestros padres de entre
todos sus mayores, para ser herencia tuya para siempre, cumpliendo en su favor
cuanto dijiste. Ahora hemos pecado en tu presencia, nos has entregado a
nuestros enemigos, porque hemos honrado a sus dioses (...). No entregues,
Señor, tu cetro a los que nada son (...). Acuérdate, Señor, y date a conocer en
el día de nuestra aflicción; y dame a mí valor, rey de los dioses y señor de
toda autoridad. Pon en mis labios palabras armoniosas cuando esté en presencia
del león (...) Líbranos con tus manos y acude en mi so-corro, que estoy sola, y
a nadie tengo, sino a ti, Señor... (Est 4, 17).
PARA PENSAR Y REZAR:
Ester y Mardoqueo no se dejan seducir por los bienes
materiales, ni dejan que su corazón se corrompa. Rezan a Dios, pero no solo
piden por sus vidas, sino por la de su pueblo.
—Mi corazón a veces se deja llevar por...
—Mi oración olvida las necesidades de los demás...
Escuchamos
*Voy a
liberar a mi pueblo, Ain Karem:
*El Señor es
mi luz, Hermana Glenda:
ORACIÓN
Dios, Padre
bueno, no dejes que nuestro corazón se corrompa con el poder, el dinero, la
fama o el éxito... Fortalece nuestra fe para que sepamos ver tu luz, caminar
libre de tinieblas y alumbrar la oscuridad de aquellos que viven perdidos; que
sepamos denunciar las injusticias y en medio de todo reconocer que Tú eres el
dueño y señor de nuestras vidas. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre
de liberación. Amén
(TOMADO DEL MATERIAL PARA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES Y JORNADA DE LAS VOCACIONES NATIVAS 2019. CEE)
OS INVITAMOS AL ENCUENTRO DEL DOMINGO,
12 DE MAYO, EN EL QUE REZAREMOS
DE MANERA ESPECIAL POR LAS VOCACIONES
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