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miércoles, 8 de mayo de 2019


Miércoles: Lidia el "sí" de la acogida


Podríamos seguir con innumerables personajes bíblicos mucho más famosos y conocidos que los vistos en los dos días anteriores, pero es que la fuerza y el querer de Dios no tiene nada que ver con la fama y el éxito. Dios tiene un sueño para todos y cada uno de sus hijos, sean de la condición que sean.
Hoy te vamos a presentar a una mujer que aparece casi de pasada en el libro de los Hechos de los Apóstoles: Lidia. Ella era oriunda de Tiatira, ciudad del interior de Asia (hoy Turquía occidental). Allí se desarrollaba una industria textil importante ligada a la tintorería. De hecho se habla de ella como vendedora de púrpura (se la considera patrona de los tintoreros).
Pablo y Silas viajaban a través de la región de Filipos cuando encuentran «a una respetable mujer temerosa de Dios». Ella era una más de un grupo considerado «simpatizante con el judaísmo», creyentes en Dios, pero que no habían dado el paso final de conversión al judaísmo.
Un sábado, allá por el año 49-50, estaba un grupo de mujeres oran-do y conversando cuando Pablo y Silas se pusieron a hablar con ellas (Hch 16, 3), y hablando con ellos se entera de que era la prime-ra vez que llegaban a Filipos (primera ciudad europea donde venían a predicar el mensaje de un tal Jesús de Nazaret, Hch 16, 4-40). Y es en esos encuentros donde Lidia siente que cada palabra de Pablo acerca de Jesús era como agua fresca que caía en tierra seca y le daba vida... Así fue como empezó a sentir que algo nuevo nacía en ella. Pronto pidió ser bautizada. Lidia los acogió en su casa. Pablo y Silas fueron detenidos por alborotar y predicar unas costumbres no propias de los romanos (Hch 16, 19-40).

PARA PENSAR, PARA REZAR

Lidia se siente responsable de Pablo y Silas y como hermanos en la fe los acoge en su casa. Se arriesga ante los romanos de ‘colaborar’ con esos alborotadores y ‘chiflados’ que hablan de un tal Jesús que fue crucificado y que resucitó.
—Pregúntate en qué gestos y actitudes se traduce tu fe
—Una fe ‘acomodada’ es una fe dormida... ¿cómo despertarla?

Escuchamos:

*Pongo mi vida en tus manos; Luis Guitarra:

 *Envíame, Ixcis:

ORACIÓN
Señor Jesús, que pasaste por la vida haciendo el bien. Ayúdanos a vivir nuestra acogiendo y compartiendo con los demás. Una fe que no tenga miedo de anunciarte y de denunciar las injusticias que sufren nuestros hermanos. Una fe que nos tenga siempre en salida. Te lo pedimos por intercesión de María, la discípula fiel. Amén.



(TOMADO DEL MATERIAL PARA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES Y JORNADA DE LAS VOCACIONES NATIVAS 2019. CEE)
 
 
OS RECORDAMOS EL  ENCUENTRO DEL DOMINGO, 
12 DE MAYO, EN EL QUE REZAREMOS 
DE MANERA ESPECIAL POR LAS VOCACIONES

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