ORACIÓN
Oh Dios omnipotente, que con Santa Clara
hiciste resplandecer en tu Iglesia y en el mundo una nueva luz de santidad, haz
que su ejemplo e intercesión nos anime para que también nosotros seamos fieles
testigos de tu amantísimo Hijo. Por
Jesucristo nuestro Señor.
DÍA 5º
Del evangelio de San Lucas (2, 23)
“Cuando llegó el día en
que, de acuerdo con la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la
purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como
está escrito en la Ley del Señor”
REFLEXIÓN
Jesús, presentado por sus
padres en el Templo, realiza el primer ofrecimiento ritual de su vida terrena:
un par de tórtolas.
Clara, ante el altar de
Santa María de los Ángeles, realiza, en las manos de Francisco, la ofrenda
total de sí misma a Dios.
DE LA LEYENDA DE SANTA CLARA
“Se acercaba el día solemne
de Ramos cuando la doncella, fervoroso el corazón, fue a ver al varón de Dios,
inquiriendo el qué y el cómo de su conversión. Ordénale el padre Francisco que
el día de la fiesta, compuesta y engalanada se acerque a recibir la palma
mezclada con la gente y que, a la noche, saliendo de la ciudad, convierta el
mundano gozo en el luto de la pasión del Señor.
Llegó el Domingo de Ramos.
La joven, vestida con sus mejores galas, espléndida de belleza entre el grupo
de las damas, entró en la iglesia con todos. Al acudir los demás a recibir los
ramos, Clara, con humildad y rubor, se
quedó quieta en su puesto. Entonces, el obispo se llegó a ella y puso la palma
en sus manos. A la noche, disponiéndose a cumplir las instrucciones del santo,
emprende la ansiada fuga con discreta compañía. Y como no le pareció bien salir
por la puerta de costumbre, franqueó con sus propias manos, con una fuerza que
a ella misma le pareció extraordinaria, otra puerta que estaba obstruida por
pesados maderos y piedras.
Y así, abandonados el
hogar, la ciudad y los familiares, corrió a Santa María de la Porciúncula,
donde los frailes, que ante el pequeño altar velaban la sagrada vigilia,
recibieron con antorchas a la virgen Clara. En cuanto hubo recibido, al pie del
altar de la bienaventurada María, la enseña de la santa penitencia,
inmediatamente san Francisco la trasladó
a la iglesia de San Pablo, para que en aquel lugar permaneciera hasta tanto que
el Altísimo dispusiera otra cosa.”
Pidamos al Señor por intercesión de Santa Clara,
las gracias que deseamos alcanzar en esta Novena.
Padrenuestro,
Ave María y Gloria
POEMA
El Sol brillante, Jesús
hizo crecer la plantita
en el jardín que ella habita
que es alegre, todo luz.
Es el jardín del Amor
en que el pan de la alegría
es la dulce Eucaristía,
franciscano y soñador.
Florenciendo la humildad,
la rosa de la dulzura
y el lirio de la blancura
florece la caridad.
Clara vestida de luz
de alegría y de belleza
es la misma gentileza
seráfica en plenitud.
Es mensaje de ilusión,
de jubilosa alegría:
Clara canta con María
a Dios su mejor canción
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