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viernes, 7 de agosto de 2015

MENSAJES CALLADOS. DÍA 5º



  

  Todos anhelamos una vida plena y a veces la confundimos con tener éxito, deslumbrar. ¡Cuántos esfuerzos por tener bienes económicos, conseguir prestigio, ostentar poder… como si fueran la llave de la felicidad!
        Clara desde pequeña fue sensible a los pobres y necesitados. Les ayudaba cuanto podía privándose ella misma para aliviar su necesidad. Ya de joven, al encontrarse con Jesús pobre, descubrió que no podía seguirle sino haciéndose ella misma pobre: “abrázate a Cristo pobre como virgen pobre” (2CtaCl 18)
        Clara, mirando a Jesús, identificándose con Él, que por nosotros se despojó de su rango, hizo el camino descendente. Cada vez fue más plena con menos, ¡qué dichosa sin nada! No se contentó con dar todo a los pobres, se dio a sí misma. Se hizo pobre, sierva, menor, última, por amor. Rompió decidida la mentalidad de su tiempo y comprobó la libertad de ponerse en el último puesto; el gozo de las bienaventuranzas que nadie puede arrebatar. En toda su vida sólo quiso un privilegio, por él luchó incansablemente: ser pobre…
        Clara nos ruega que no gastemos energías en competir sino en servir, nos exhorta a no vivir derrochando o acumulando, sino compartiendo.


           (Tomado del libro “Clara de Asís, habitada por la vida y el amor" de las Hermanas Clarisas de Salvatierra)

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