miércoles, 2 de febrero de 2011
FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA
Cuando Jesús y María
llegan al Templo sagrado,
y con José a su lado,
se oye un canto de alegría.
Y es que ha llegado ya el día
de la Luz resplandeciente
que, Simeón impaciente
esperaba con fervor...
y lo anuncia con amor
a la Humanidad doliente.
¡Oh! ¡Qué hermoso es este día!
Y las almas consagradas
de Jesús enamoradas,
¡se unen en fiesta a María!
Ella llena de alegría,
siembra luz de salvación;
nosotras nuestra oblación
ofrendamos a Jesús:
¡Él colma al mundo de Luz,
de su Amor y Bendición!
¡QUÉ EMOCIÓN!
¡Cuántas gracias, Señor,
he de darte, Dios mío!
porque me llamaste,
porque me elegiste,
porque me dijiste
que Tú eras mi amigo.
¡Cuántas gracias, Señor,
he de darte, Dios mío!
¡Qué emoción en mi alma
despertó tu llamada!
¡Qué sorpresa y qué llanto
de gozo y de amor!
¡Qué increible alegría,
ser un día tu esposa...!
¡Me asombraba lo inmenso
de tu don, oh Señor!
He seguido gozosa
tu camino de ensueño...
siempre Tú has sido
el Centro de mi intimidad.
¡Tú eres toda mi vida,
saturando mi alma
de tu amor inefable
y tu dulce amistad!
¡Qué alegría yo siento
cuando canto tu nombre,
y te llamo mi Amado,
mi Esposo y Señor.
Déjame que te mire;
déjame que te ame,
y que muera en tus brazos
abrasada de amor!
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Mis más sincera felicitación en vuestro día. Unidos en la oración.
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