jueves, 3 de octubre de 2013

DÍA 8º: EL CULTO EUCARÍSTICO



PENSAMIENTO PARA ESTE DÍA
     Hermanos: El culto de la Eucaristía era la manifestación más importante de la piedad de Francisco, el cual decía: "Quiero que estos santísimos misterios sean honrados y venerados por encima de todo". Es lo que nosotras deseamos de todo corazón.

ORACIÓN
    ¡Oh Dios! que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

LECTURA DE LOS ESCRITOS DE SAN FRANCISCO
      Besándoos los pies y con la caridad que puedo, os suplico a todos vosotros, hermanos, que tributéis toda reverencia y todo honor y, en fin, cuanto os sea posible, al santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, en quien todas las cosas que hay en cielos y tierra han sido pacificadas y reconciliadas con el Dios omnipotente. ¡Tiemble el hombre todo entero, estremézcase el mundo todo y exulte el cielo cuando Cristo, el Hijo de Dios vivo, se encuentra sobre el altar en manos del sacerdote! ¡Oh sublime humildad! ¡oh humilde sublimidad, que el Señor del mundo universo, Dios e Hijo de Dios, se humilla hasta el punto de esconderse, para nuestra salvación, bajo una pequeña forma de pan! Mirad, hermanos, la humildad de Dios y derramad ante él vuestros corazones; humillaos también vosotros para ser enaltecidos por él.

REFLEXIÓN
     El culto a la Eucaristía no era solamente la manifestación más importante de la piedad de Francisco, sino que al recibir al Cordero inmolado, inmola él su alma en el fuego que le ardía de continuo en el altar del corazón. Y él, que en todo se sentía espontáneamente impulsado a compartir con los demás los dones que recibía del Señor, tuvo uno de los principales objetivos de su misión apostólica defender y propagar la dignidad del culto eucarístico. Su fe estaba siempre a punto de admiración y de asombro frente al misterio de la Eucaristía, pues desde ella descubría, no sólo el don que Dios nos hace de su Hijo, sino también la palabra que consagra el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y la Iglesia que lo recibe y administra. Por eso concluía Francisco: "Nada de vosotros retengáis para vosotros mismos para que enteros os reciba el que todo entero se os entrega".

(Pida cada uno la gracia que desee alcanzar)

PRECES
          Hermanos: Acogiendo de corazón la invitación de San Francisco con respecto a Jesús Sacramentado: “Amadle, reverenciadle y honradle”, pidamos la ayuda del Señor.
 
-Para que seamos sensibles ante “el pecado de ignorancia en que incurren algunos sobre el santísimo Cuerpo de Jesucristo”, y tratemos de compensarlo con una delicadeza de nuestra parte. Roguemos al Señor.
-Para que nuestra fe no deje de tener muy presente que “nada tenemos ni vemos corporalmente en este mundo del Altísimo mismo, sino el Cuerpo y la Sangre”, con lo que fuimos redimidos de la muerte a la vida. Roguemos al Señor.
-Para que todos “nos enmendemos cuanto antes y resueltamente” de cuanto hayamos podido faltar en la reverencia debida a la Eucaristía. Roguemos al Señor.
-Para que cuidemos sobre todo de asociarnos espiritualmente al misterio que celebramos, procurando que “cuando el sacerdote ofrece el sacrificio sobre el altar”, rindamos alabanza, gloria y honor al Señor Dios vivo y verdadero”.  Roguemos al Señor.

     Unidoa a Jesús, oremos al Padre por el Espíritu: Padrenuestro.

OREMOS CON SAN FRANCISCO
    Te adoramos, santísimo Señor Jesucristo, aquí y en todas las Iglesias que hay en todo el mundo, y te bendecimos pues por tu santa Cruz redimiste al mundo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.



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