viernes, 18 de mayo de 2018

¡VEN, ESPÍRITU SANTIFICADOR!



¡Ven, Roca y Alcázar! ¡Infúndeme valor y coraje para ser testimonio vivo de Cristo y de su Evangelio! Ven, Defensor en las luchas, Don incomparable.
           ¡Cuán necesaria me es tu fuerza y tu ayuda en las tribulaciones de la vida!  El dolor me asusta y me deprime. Siento una enorme debilidad ante el sufrimiento.            
           Ven con tu fortaleza a poner esfuerzo y ánimo en mi vivir. Tú, que eres el Dador de toda valentía, cobíjame bajo tus alas poderosas. No me dejes sola jamás, y sobre todo, asísteme en las grandes pruebas de la vida y en la hora de mi tránsito hacia la Patria, donde pienso encontrar en los brazos de Jesús, la eterna alegría.

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