lunes, 18 de junio de 2018

MISTERIOS DOLOROSOS


     1.       La agonía en el huerto (Mc 14, 32-42; Mt 26, 36-46; Lc 22, 39-46)


                 A pesar de la angustia y la tristeza, Jesús persevera en la oración confiada al Padre, mostrándonos la esencia de la oración cristiana: ponerse en manos del Padre para cumplir su voluntad. Responder a la llamada que Dios nos hace a cada uno de nosotros conlleva una gran dosis de confianza en Aquél que nos llama.

Pidamos a María por todos nosotros, para que se nos conceda el don de la oración, del encuentro confiado con Él, y podamos responder así a la llamada particular que Él nos hace.

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