jueves, 22 de diciembre de 2022

DÍA 22 DE DICIEMBRE

 


    Hoy hemos invocado a Cristo como Rey y como deseado de los pueblos. Si Rey nos evoca algo grande, Deseado es una invocación que trasciende nuestro espíritu. El Mesías esperado desde todos los tiempos, es la Piedra angular, es el Deseado que al venir hace confluir todas las cosas hacia Él. La súplica con que termina esta antífona vuelve a pedir su venida. “Ven” es el gran grito, el suspiro del Adviento que se repite a lo largo de él con insistencia.

 

La fecha se acerca de la Navidad

y ya muy vehemente se torna el cantar.

Rey de los pueblos muy deseado,

ven, no tardes, ven a salvarnos.

 

Así fue hoy el canto cual trazo de luz

invocando ardientes al dulce Jesús.

Rey eterno, ven a la tierra,

que te espera, es tuya entera.

 

¡Oh Rey de las gentes y Piedra angular!

que unes a los hombres con lazos de paz.

Ya te apremian nuestras plegarias,

ven, no tardes, Rey de las almas.

 

Somos de tus manos hechura, Señor.

Tú le das al barro la vida, el calor.

Ven ansiado Rey de las almas

ya te apremian nuestras plegarias.

 

Te abrimos ardientes nuestro corazón,

pon en él tu Reino de paz y de amor.

Reina, impera en nuestras vidas,

te esperamos con alegría.

 

Así siguió el coro con gran devoción,

desgranando el canto la gran oración.

Rey eterno, muy deseado

ven, no tardes, ven a salvarnos.

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