miércoles, 17 de noviembre de 2010

SANTA ISABEL DE HUNGRÍA



Hoy, 17 de noviembre es Santa Isabel de Hungría, Patrona de la Orden Franciscana Seglar. Desde aquí queremos felicitar a todos nuestros queridos hermanos y hermanas de la Orden., de manera especial a nuestros hermanos de León.
Y os dejamos la catequesis del Papa Benedicto XVI que habla sobre ella:

"Queridos hermanos y hermanas
hoy quisiera hablaros de una de las mujeres de la Edad Media que suscitó mayor admiración; se trata de santa Isabel de Hungría, llamada también Isabel de Turingia. Nació en 1207 en Hungría. Los historiadores discuten dónde. Su padre era Andrés II, rico y poderoso rey de Hungría, el cual, para reforzar sus vínculos políticos, se había casado con la condesa alemana Gertrudis de Andechs-Merania, hermana de santa Eduvigis, la cual era esposa del duque de Silesia. Isabel vivió en la Corte húngara sólo los primeros cuatro años de su infancia, junto a una hermana y tres hermanos. Le gustaba el juego, la música y la danza; recitaba con fidelidad sus oraciones y mostraba atención particular hacia los pobres, a quienes ayudaba con una buena palabra o con un gesto afectuoso.

Su infancia feliz fue bruscamente interrumpida cuando, desde la lejana Turingia, llegaron unos caballeros para llevarla a su nueva sede en Alemania central. Según las costumbres de aquel tiempo, de hecho, su padre había establecido que Isabel se convirtiera en princesa de Turingia. El landgrave o conde de aquella región era uno de los soberanos más ricos e influyentes de Europa a principios del siglo XIII, y su castillo era centro de magnificencia y de cultura. Pero detrás de las fiestas y de la gloria aparente se escondían las ambiciones de los príncipes feudales, a menudo en guerra entre ellos y en conflicto con las autoridades reales e imperiales. En este contexto, el landgrave Hermann acogió de buen grado el noviazgo entre su hijo Ludovico y la princesa húngara. Isabel partió de su patria con una rica dote y un gran séquito, incluyendo sus doncellas personales, dos de las cuales permanecerán amigas fieles hasta el final. Son ellas las que han dejado preciosas informaciones sobre la infancia y sobre la vida de la Santa.

Tras un largo viaje llegaron a Eisenach, para subir después a la fortaleza de Wartburg, el macizo castillo sobre la ciudad. Aquí se celebró el compromiso entre Ludovico e Isabel. En los años sucesivos, mientras Ludovico aprendía el oficio de caballero, Isabel y sus compañeras estudiaban alemán, francés, latín, música, literatura y bordado. A pesar del hecho de que el compromiso se hubiese decidido por motivos políticos, entre ambos jóvenes nació un amor sincero, animado por la fe y por el deseo de hacer la voluntad de Dios. A la edad de 18 años, Ludovico, tras la muerte de su padre, comenzó a reinar sobre Turingia. Pero Isabel se convirtió en objeto de silenciosas críticas, porque su modo de comportarse no correspondía a la vida de la corte. Así también la celebración del matrimonio no fue fastuosa, y los gastos del banquete fueron devueltos en parte a los pobres. En su profunda sensibilidad Isabel veía las contradicciones entre la fe profesada y la práctica cristiana. No soportaba los compromisos. Una vez, entrando en la iglesia en la fiesta de la Asunción, se quitó la corona, la depositó ante la cruz y permaneció postrada en el suelo con el rostro cubierto. Cuando una monja la desaprobó por ese gesto, ella respondió: “¿Cómo puedo yo, criatura miserable, seguir llevando una corona de dignidad terrena, cuando veo a mu Rey Jesucristo coronado de espinas?”. Como se comportaba ante Dios, de la misma forma se comportaba con sus súbditos. Entre los Dichos de las cuatro doncellas encontramos este testimonio: “No consumía alimentos si antes no estaba segura de que procedieran de las propiedades y de los bienes legítimos de su marido. Mientras se abstenía de los bienes procurados ilícitamente, se preocupaba también por resarcir a aquellos que hubiesen sufrido violencia” (nn. 25 y 37). Un verdadero ejemplo para todos aquellos que desempeñan cargos: el ejercicio de la autoridad, a todo nivel, debe vivirse como servicio a la justicia y a la caridad, en la búsqueda constante del bien común.

Isabel practicaba asiduamente las obras de misericordia: daba de beber y de comer a quien llamaba a su puerta, procuraba vestidos, pagaba las deudas, cuidaba enfermos y sepultaba a los muertos. Bajando de su castillo, se dirigía a menudo con sus doncellas a las casas de los pobres, llevando pan, carne, harina y otros alimentos. Entregaba los alimentos personalmente y controlaba con atención los vestidos y los lechos de los pobres. Este comportamiento fue referido a su marido, el cual no sólo no se disgustó, sino que respondió a sus acusadores: “¡Mientras que no venga el castillo, estoy contento!”. En este contexto se coloca el milagro de pan transformado en rosas: mientras Isabel iba por la calle con su delantal lleno de pan para los pobres, se encontró con el marido, que le preguntó qué estaba llevando. Ella abrió el delantal y, en lugar del pan, aparecieron magníficas rosas. Este símbolo de caridad está presente muchas veces en las representaciones de santa Isabel.

El suyo fue un matrimonio profundamente feliz: Isabel ayudaba a su esposo a elevar sus cualidades humanas a nivel sobrenatural, y él, a cambio, protegía a su mujer en su generosidad hacia los pobres y en sus prácticas religiosas. Cada vez más admirado por la gran fe de su esposa, Ludovico, refiriéndose a su atención hacia los pobres, le dijo: “Querida Isabel, es a Cristo a quien has lavado, alimentado y cuidado”. Un claro testimonio de cómo la fe y el amor hacia Dios y hacia el prójimo refuerzan y hacen aún más profunda la unión matrimonial.

La joven pareja encontró apoyo espiritual en los Frailes Menores que, desde 1222, se difundieron en Turingia. Entre ellos Isabel eligió a fray Ruggero (Rüdiger) como director espiritual. Cuando él le narró las circunstancias de la conversión del joven y rico mercader Francisco de Asís, Isabel se entusiasmó aún más en su camino de vida cristiana. Desde aquel momento, se decidió aún más a seguir a Cristo pobre y crucificado, presente en los pobres. Incluso cuando nació su primer hijo, seguido de otros dos, nuestra Santa no descuidó nunca sus obras de caridad. Ayudó además a los Frailes Menores a construir en Halberstadt un convento, del que fray Ruggero se convirtió en superior. La dirección espiritual de Isabel pasó, así, a Conrado de Marburgo.

Una dura prueba fue el adiós al marido, a finales de junio de 1227, cuando Ludovico IV se asoció a la cruzada del emperador Federico II, recordando a su esposa que esa era una tradición para los soberanos de Turingia. Isabel respondió: “No te retendré. Me dí toda entera a Dios y ahora debo darte también a ti”. Sin embargo, la fiebre diezmó las tropas y Ludovico mismo cayó enfermo y murió en Otranto, antes de embarcar, en septiembre de 1227, a la edad de veintisiete años. Isabel, al saber la noticia, tuvo tal dolor que se retiró en soledad, pero después, fortificada por la oración y consolada por la esperanza de volver a verle en el Cielo, volvió a interesarse en los asuntos del reino. La esperaba, sin embargo, otra prueba: su cuñado usurpó el gobierno de Turingia, declarándose verdadero heredero de Ludovico y acusando a Isabel de ser una mujer piadosa incompetente para gobernar. La joven viuda, con sus tres hijos, fue expulsada del castillo de Wartburg y se puso a la búsqueda de un lugar donde refugiarse. Solo dos de sus doncellas permanecieron junto a ella, la acompañaron y confiaron a los tres niños a los cuidados de amigos de Ludovico. Peregrinando por los pueblos, Isabel trabajaba allí donde se la acogía, asistía a los enfermos, hilaba y cosía. Durante este calvario, soportado con gran fe, con paciencia y dedicación a Dios, algunos parientes, que le habían permanecido fieles y consideraban ilegítimo el gobierno de su cuñado, rehabilitaron su nombre. Así Isabel, a principios de 1228, pudo recibir una renta apropiada para retirarse al castillo familiar en Marburgo, donde vivía también su director espiritual fray Conrado. Fue él quien refirió al papa Gregorio IX el siguiente hecho: el viernes santo de 1228, puestas las manos sobre el altar en la capilla de su ciudad Eisenach, donde había acogido a los Frailes Menores, en presencia de algunos frailes y familiares, Isabel renunció a su propia voluntad y a todas las vanidades del mundo. Ella quería renunciar a todas sus posesiones, pero yo la disuadí por amor a los pobres. Poco después construyó un hospital, recogió a enfermos e inválidos y sirvió en su propia mesa a los más miserables y los más abandonados. Habiéndola yo reñido por estas cosas, Isabel respondió que de los pobres recibía una especial gracia y humildad” (Epistula magistri Conradi, 14-17).

Podemos ver en esta afirmación una cierta experiencia mística parecida a la vivida por san Francisco: el Pobrecillo de Asís declaró, de hecho, en su testamento que, sirviendo a los leprosos, lo que antes era amargo se le cambió en dulzura del alma y del cuerpo (Testamentum, 1-3). Isabel transcurrió sus últimos tres años en el hospital fundado por ella, sirviendo a los enfermos, velando con los moribundos. Intentaba siempre llevar a cabo los servicios más humildes y los trabajos repugnantes. Ella se convirtió en lo que podríamos llamar una mujer consagrada en medio del mundo (soror in saeculo) y formó, con otras amigas suyas, vestidas en hábito gris, una comunidad religiosa. No es casualidad que sea patrona de la Orden Terciaria Regular de san Francisco y de la Orden Franciscana Seglar.

En noviembre de 1231 fue afectada por fuertes fiebres. Cuando la noticia de su enfermedad se propagó, muchísima gente acudió a verla. Tras unos diez días, pidió que se cerraran las puertas, para quedarse a solas con Dios. En la noche del 17 de noviembre se durmió dulcemente en el Señor. Los testimonios sobre su santidad fueron tantos y tales que, sólo cuatro años más tarde, el papa Gregorio IX la proclamó Santa y, en el mismo año, se consagró la hermosa iglesia construida en su honor en Marburgo.

Queridos hermanos y hermanas, en la figura de santa Isabel vemos cómo la fe, la amistad con Cristo crean el sentido de la justicia, de la igualdad de todos, de los derechos de los demás y crean el amor, la caridad. Y de esta caridad nace la esperanza, la certeza de que somos amados por Cristo y de que el amor de Cristo nos espera y nos hace así capaces de imitar a Cristo y de ver a Cristo en los demás. Santa Isabel nos invita a redescubrir a Cristo, a amarlo, a tener fe y así a encontrar la verdadera justicia y el amor, como también la alegría de que un día estaremos inmersos en el amor divino, en el gozo de la eternidad con Dios. Gracias."

domingo, 14 de noviembre de 2010

TESTIMONIO DE UNA HERMANA



Para mí, la experiencia de tener durante toda la noche del 7 al 8 de Noviembre en nuestra Capilla la Cruz de las JMJ fue grande.
Durante toda la noche fui recorriendo e intentando vivir en mí los pasos de la Historia de la Salvación.
Cristo-Jesús quiso salvarnos y redimirnos en una Cruz, y junto a esa Cruz estaba su Madre Corredentora con Él. Intenté meterme dentro de esa Cruz y en el Corazón de esa Madre, y dejar llenarme de la Vida y el Amor que brota de esa Cruz y ese Corazón Maternal. Pero esto no lo quería para mí sola, quería y ardía en deseos de hacer partícipes a todos...
Pedí por todos los jóvenes, para que se abran a la verdadera Vida, al verdadero Amor que brotan de la Cruz de Jesús, y si alguno se siente invitado, llamado o fascinado por Jesús, que no tema, le siga con valentía y decisión.
Jesús nos dice: "El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga..."
Todos llevamos la cruz, pero es muy distinto llevarla con Cristo a llevarla solos. Cuando unimos nuestros sufrimientos a Cristo Redentor, nos llenamos de Paz. San Francisco era el pobre crucificado con Cristo, y estaba lleno de paz y alegría. Luego tenemos una Madre dada por Jesús para que sea la estrella que guíe nuestra vida. ¿Qué podemos temer?

sábado, 13 de noviembre de 2010

CRÓNICA DE UNA VISITA


Tocando la campana de la Iglesia recibimos la procesión que llega con la Cruz y el Icono de María, procedente de la Catedral. Vienen cantando el himno a la Virgen del Camino, patrona de la región leonesa.
Surge la emoción cuando la cruz "cruza" la puerta de la Capilla.
Una vez colocados, la Cruz sobre el altar y el Icono en el presbiterio, entonamos "Victoria, tú reinarás" acompañadas por todos los fieles que han participado en la procesión.
Está expuesto el Santísimo Sacramento.
La madre dirige unas palabras de bienvenida, en medio del silencio que reina en la Capilla y lee el programa previsto para la vigilia.
Cantamos un canto de adoración a Jesús Eucaristía y hacemos la oración para la JMJ de Madrid 2011.
A las 10, Completas cantadas. Y a las 11, el Oficio de Lecturas de la exaltación de la Santa Cruz, con cánticos, evangelio y homilía a cargo del párroco de nuestra parroquia de Santa Marina. Entre medias, momentos de adoración en silencio, intercalando la lectura del pasaje de San Lucas que nos habla de las condiciones del seguimiento de Jesús, y un canto de acción de gracias por nuestra vocación específica.
A las 12,30 rezamos el Rosario vocacional con la participación de los fieles que nos acompañan; comienza con una oración por la familia, y en cada misterio pedimos al Señor vocaciones: sacerdotales, contemplativas, para la vida activa, misioneras y franciscanas. A su término, la madre invita a los fieles a retirarse pues mañana es lunes, día de trabajo. Y lo hacen, después de haber dejado junto a la Cruz una vela encendida con su nombre, como han hecho la mayoría de las personas. Las religiosas que necesitan descansar también se retiran.
Seguimos con la vigilia. Salimos a la Iglesia para estar más cerca de la Cruz y contemplar la imagen de María.
Hacemos el Vía-crucis, el del último Viernes Santo de Juan Pablo II y realizado por el entonces Cardenal Ratzinger y actual Papa Benedicto XVI. Despacio... tenemos toda la noche por delante, con unción, besando la Cruz cada vez que decimos "te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu santa cruz redimiste al mundo".
El mensaje del Papa para la JMJ de Madrid también tiene su lugar en nuestra vigilia de adoración. Y la carta de nuestro Sr. Obispo con motivo de la llegada de la Cruz a nuestra Diócesis.
Poco a poco se van incorporando las hermanas.
Son las 5 de la mañana. A partir de ahora el silencio y la adoración interior llevan el protagonismo.
A las 7, reunida ya toda la Comunidad hacemos el ofrecimiento del día. Comienzan a llegar los voluntarios y demás fieles.
A las 7,30 el canto solemne de Laudes, también de la exaltación de la Santa Cruz. Antes, el Vicario de la Diócesis nos dirige unas palabras sobre el significado de la Cruz de Cristo: está formada por dos palos, uno vertical, hecho con astillas de fidelidad a Dios, y otro horizontal, hecho con astillas de fidelidad a los hombres.
Al acabar Laudes, los voluntarios toman la Cruz y el Icono para llevarlos de nuevo a la Catedral. Los despedimos con el canto del Ángelus y el repique de campana.
Durante unos días seguirán peregrinando por tierras de nuestra Diócesis y hasta agosto del año que viene por los caminos de España, pero en nuestro corazón queda el recuerdo imborrable de la noche que la Cruz y María pasaron en su Casa, nuestra Casa: el Convento de la Santa Cruz de las Franciscanas Clarisas Descalzas de León.


viernes, 12 de noviembre de 2010

SALUDO A LA STA. CRUZ Y AL ICONO DE MARÍA EN SU VISITA A NUESTRO CONVENTO



Es para nosotras un gran gozo poder recibir esta noche esta gran Cruz de la Jornada Mundial de los Jóvenes y el icono de María. La saludamos con un alegre ¡Bienvenida a nuestra Casa que es su Casa! y consideramos que es una gracia de Dios, un regalo, signo glorioso de la Redención de Cristo, y fuente de bendiciones para nuestra Diócesis y nuestra Comunidad.
Damos gracias a Dios, a nuestro Sr. Obispo y a todos los colaboradores por esta delicadeza de hacernos participar en nuestra clausura, de este gran acontecimiento. ¡Gracias!
Nosotras, que vivimos desde siempre la espiritualidad de la Cruz, por ser la titular gloriosa de nuestro Convento, la devoción y amor a la Santa Cruz ha sido central en nuestra vida.
La espiritualidad de la Cruz es la espiritualidad más rica, la más hermosa, la más santificadora, la más consoladora, la que compendia en sí todo el cristianismo. Porque la Cruz de Cristo es fuente de toda bendición.
La espiritualidad de la Cruz que contemplamos, es una espiritualidad genuinamente franciscana, ya que es de todos conocida la especialísima devoción de nuestros Seráficos Padres, San Francisco y Santa Clara, por los misterios de la Pasión y Cruz del Divino Redentor: "Conozco a Cristo, pobre y crucificado" repetía incansablemente. Y Santa Clara nos invita a meditar asiduamente los misterios de su Pasión y los dolores de la Virgen Santísima, nuestra Madre. Ella tuvo la Santa Cruz como signo de victoria de su Dios Crucificado y Resucitado, e hizo mediante este signo incontables milagros.
La consideraba, no como señal de muerte y de derrota, sino como anuncio de vida y de salvación: señal amorosa, bienhechora, protectora, señal de la Cruz, cristológica y trinitaria, por la que se alcanzan todos los bienes.
¡Ave, oh Cruz, esperanza única!
¡Árbol de la vida! ¡Iris de paz!
Aquí estamos esta noche en nuestra Capilla con los mismos sentimientos de Francisco y Clara, para celebrar esta solemne vigilia en honor de la Santísima Eucaristía y de este glorioso signo de la Santa Cruz, que no pueden separarse; presidido todo por la Virgen Santísima, nuestra Madre celestial.
El Oficio litúrgico de la Santa Cruz nos llenará el alma de unción y de paz, y encontraremos en la Palabra de Dios, demás lecturas y oraciones, luminosos pensamientos para crecer en el amor a Cristo y a su Cruz y abrazados y apoyados en ella, avanzar gozosamente por este camino, que es el único que nos ha de llevar a una meta gloriosa donde se encuentra la verdadera felicidad.
¡Adelante y sin jamás desfallecer!
Y ¿cómo no saludar al Icono de María?
Permitidme que lo haga en humilde poesía.


miércoles, 3 de noviembre de 2010

VISITA DE LA CRUZ DE LOS JÓVENES A NUESTRA DIÓCESIS Y A NUESTRO CONVENTO




6.noviembre.2010

19:00. Acogida en Sahagún de la Cruz procedente de la Diócesis de PALENCIA.
19:30. Iglesia de San Juan
21:00. Benedictinas.



7.noviembre.2010
12:00. Cistierna. Viacrucis y Eucaristía.
16:30. Centro penitenciario de Mansilla de las Mulas. Viacrucis elaborado por los internos.
19:00. Catedral. Vigilia de oración con los jóvenes.
21:30. Clarisas.

8.noviembre.2010
9:00 a 13:00. Colegios en la Catedral .

* 9:00: 3º ESO.
* 10:00. 2º ESO.
* 11:00. 1ºESO.
* 12:00. 5º EP.

16:30. Carrizo de la Ribera. Celebración de los arciprestazgos de la Zona pastoral Noroeste.
19:00. Santuario de la Virgen del Camino. Celebración mariana.
22:00. Benedictinas de Santa Mª de Carbajal. Vigilia con los grupos de oración de la ciudad.

9.noviembre.2010

7:30. Concepcionistas. Visita.
9:00 a 13:00. Colegios en la Catedral .

* 9:00. 4º ESO.
* 10:00. 1º Bachiller.
* 11:00. 2º Bachiller.
* 12:00. 6º EP.

17:00. Hospital San Juan de Dios. Encuentro con el mundo del dolor.
19:00. Viacrucis por las calles de León. Con la participación de las cofradías de la ciudad.
21:30. Carmelitas descalzas. Visita.
23:00. San Isidoro. Vigilia de adoración.

10.noviembre.2010

9:00 a 13:00: Colegios en la Universidad (campus universitario).

* 9:00. 2º ESO.
* 10:00. 3º ESO.
* 11:00. 4º ESO.
* 12:00. 1º Bachiller .
* 13:00. 2º Bachiller y universitarios .

14:30: Agustinas Recoletas.Visita.
16:30. La Robla. Celebración de los arciprestazgos de Bernesga-Torío.
19:30. Valencia de Don Juan. Celebración de la Zona pastoral Sur.
21:30. Entrega a la Diócesis de ZAMORA en Benavente.

domingo, 31 de octubre de 2010

DOMINGO XXXI (San Lucas 19, 1-10)



"En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quien era Jesús, pero la gente se lo impedía porque era de bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:

-Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.

Él bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo:

-Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.

Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor.

-Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.

Jesús contestó:

-Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido."

1.- LEE/ ESCUCHA: ¿QUÉ DICE EL TEXTO?
Dios nos ama en nuestra pequeñez, ama entrañablemente a sus miniaturas. Que, aunque nuestra vida sea sombría, sucia y mezquina, somos una maravillosa obra de arte en la que nuestro Hacedor se deleita. Nos vuelve a recrear, a salvar, a llenar de nueva vida.

2.- MEDITA/ASIMILA: ¿QUÉ TE DICE HOY LA PALABRA?
La Palabra de Jesús en este domingo me habla toda ella de su amor apasionado por todo lo pequeño. Hoy no sólo nos invita a que le abramos la puerta, sino que es un imperativo: "hoy tengo que alojarme en tu casa". Él, que es "amigo de la Vida" no se cansa de declararnos su amor. Esta seducción de Jesús hizo posible la recuperación humana y cristiana de Zaqueo, y es que el verdadero encuentro con Cristo, siempre transforma la vida.
Sólo hay un sufrimiento, raíz de todos los sufrimientos en la vida, el de no ser amados, y Jesús en este domingo nos dice una vez más que nos ama, que ha venido a buscar y a salvar lo que está perdido.

3.- ORA/ CONTEMPLA: ¿QUÉ LE DICES AL SEÑOR CON LA PALABRA?
La mejor oración para dar gracias a Dios es la que el Libro de la Sabiduría nos presenta este día:

"Señor, el mundo entero es ante ti como un grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra. Te complaces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado. Y ¿cómo subsistirían las cosas si tú no lo hubieses querido? ¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado? Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. En todas las cosas está tu soplo incorruptible. Por eso corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y lo reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor".

4.- PON EN PRÁCTICA/ ANUNCIA: ¿QUÉ HACER CON LA PALABRA?
Acoger a Jesús en nuestra casa, en nuestra vida, que se acerca a nosotros en la Eucaristía, en su Palabra, en los hermanos... y con la prontitud y gozo con que Zaqueo lo hizo.
Ofrecerle el gran obsequio de dejarnos amar por Él, creer en su amor, corresponder a su amor y proclamar a todos que Dios les ama.

miércoles, 27 de octubre de 2010

EL ESPÍRITU DE ASÍS



CARTA DE SAN FRANCISCO A LOS CIUDADANOS DEL MUNDO
"A cuantos vivís en la tierra, el hermano Francisco, os saluda con gozo y os deseo de todo corazón la Paz verdadera y el Amor fraterno de nuestro Señor y Hermano Cristo Jesús.
Hace ocho siglos, durante mi vida terrena, escribí cartas a todos los hombres invitándoles a vivir en paz, hermandad y santa alegría. Vuelvo a hacerlo ahora, a inicio del siglo XXI, porque me llegan noticias de violencias, odio, guerras, racismo, terrorismo, hambre...
Queridos hermanos: ¿Tendré que suprimir de mi Cántico de las Criaturas aquel verso que dice "Loado seas mi Señor, por nuestra hermana, la Madre Tierra"? ¿Tanto habéis endurecido el corazón que ya no os queda una gota de sentimiento, de compasión, de delicadeza, de cortesía, de amor?
¡Pobre Hermana Madre Tierra! cuando sus hijos cultivan el odio en vez del amor, crean discordia en vez de armonía y siembran lágrimas en vez de alegría.
Cuando el Señor me visitó con su paz, yo repetí a todos los hermanos: "La Paz con vosotros", "El Señor os dé su Paz", "Paz y Bien".

Hermanos todos, cuidad de este mundo enfermo:
-- Recuperad el silencio, aplastado por tantos ruidos.
-- Aprended a escucharos y escuchad a Dios en el rumor del río, la cascada, el bosque, el campo, la brisa del aire...
-- Fijaos en la alegría de los niños que juegan, en la mirada de los enamorados, en la caricia del beso de quienes os quieren... Porque quien llena los ojos y el corazón de tanta bondad e inocencia, es incapaz de asesinar la Vida y el Amor.
-- Dejad un sitio a Dios en vuestro corazón y la Paz interior irradiará ternura, alegría, esperanza, hermandad... a vuestro alrededor.
-- Haced llegar a todos los rincones del mundo estas palabras: "Paz y Bien".

Un abrazo de vuestro hermano Francisco de Asís

ORACIÓN DE SAN FRANCISCO POR LA PAZ
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz,
que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga perdón;
donde haya discordia, ponga unión;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga fe;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas, ponga vuestra luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Oh Maestro,
que no me empeñe tanto en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar;
pues dando, se recibe;
olvidando, se encuentra;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la vida eterna.