"Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
- Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."
- Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."
¡Ven, Espíritu de Luz! Despeja mi mente para que penetre tus misterios y se afiance mi fe. Ilústrame, Inspirador de toda belleza. Ilumina mi corazón en el conocimiento de Dios.
Quiero que arda mi corazón al escuchar tu Palabra y haz que mi inteligencia iluminada por tu Luz penetre hasta lo más profundo del misterio de tu Amor en la “fracción del Pan”, que parte Jesús para nosotros cada día, llenando nuestra alma de paz y de gozo inefable.
¡Ven Espíritu Santo! Abrasa mi corazón en tu Amor y envuélveme en los efluvios de tu suavidad y de tu dulzura.
¡Ven, Espíritu Santo! Tierra fecunda, finísima fragancia.
¡Ven con tus rayos de luz fulgurantes de conocimiento y de amor: enséñame a despojarme de tantas cosas que no me dejan gustar tu dulcedumbre infinita, Dios mío!
¡Danos la experiencia divina de tu misterio inefable!
¡Luz que vienes de lo alto, ilumina lo más hondo de nuestro ser para que aspiremos solamente a gustar tu amor sin fronteras.
¡Ven! Hazme conocer cuán suave y dulce eres Dios mío, para quien te posee como la Virgen María, “Sede de la Sabiduría” que se sintió transportada de gozo en Dios su Salvador.
¡Ven, Surtidor de agua viva! Purifica toda ignorancia y concédeme vivir en tu Verdad: la que nos hace libres.
¡Oh Espíritu Santo!, dame el don de Ciencia para que sepa descubrir el verdadero valor de las criaturas y no me deje fascinar por ellas. Dame la Ciencia de los santos, para que al contemplar tu obra creadora vea en ella un reflejo de tu Belleza.
¡Oh Espíritu Santificador! Derrama en mí tu Luz para que sepa comprender la distancia que me separa de tu hermosura, de tu grandeza, y que mi pequeñez y miseria necesita de Ti para poder saciar la sed de Infinito que me consume. Hazme partícipe de tu Vida y de tu Amor.
¡Ven, Llama de Amor viva! Conmueve mi corazón y hazlo humilde y sencillo, e inúndalo de mansedumbre y suavidad.
¡Oh Espíritu Santo que eres todo Amor! Adorna mi alma con el don exquisito de Piedad. Sana mi corazón de toda dureza y ábrelo plenamente a la dulzura de la oración. Que al llamar con este nombre a mi Padre Dios, que yo experimente la riqueza de esa dulce palabra: su Bondad, su Ternura, su Misericordia. ¡Qué incomparables atributos! En ellos descanso, en ellos me recreo, en ellos tengo yo mi oasis de paz. ¡Lléname de este don maravilloso! Extingue en mi corazón toda amargura e impaciencia, y ábrelo a la comprensión y a la mansedumbre con todos los hombres, hijos de Dios y mis hermanos. ¡Ven!
¡Ven, Roca y Alcázar! ¡Infúndeme valor y coraje para ser testimonio vivo de Cristo y de su Evangelio! Ven, Defensor en las luchas, Don incomparable.
¡Cuán necesaria me es tu fuerza y tu ayuda en las tribulaciones de la vida! El dolor me asusta y me deprime. Siento una enorme debilidad ante el sufrimiento.
Ven con tu fortaleza a poner esfuerzo y ánimo en mi vivir. Tú, que eres el Dador de toda valentía, cobíjame bajo tus alas poderosas. No me dejes sola jamás, y sobre todo, asísteme en las grandes pruebas de la vida y en la hora de mi tránsito hacia la Patria, donde pienso encontrar en los brazos de Jesús, la eterna alegría.
¡Ven, Espíritu de verdad!, Compañero de camino: confírmame en la fe para dar razón de mi esperanza. ¡Ven, luz de Dios !
Guíame en esta búsqueda de ti mismo, para penetrar a fondo en tu designio amoroso sobre mi vida. Alumbra mi interior, pon alerta mi conciencia para que sepa elegir siempre lo mejor para tu gloria y para mi perfección.
Que sea como la Virgen, mi Madre: Virgen prudente y santa, que me deje guiar por tu consejo íntimo que me llevará a identificarme con Jesús, a tratar de que su Reino llegue a todos los hombres.
Dame el acierto y la seguridad de vivir en tu Verdad, que es el mayor gozo del corazón.
¡En ella descanso, Dios mío!
¡Ven Espíritu Consolador! Que has fijado tu tienda entre nosotros; haz que toda mi vida esté consagrada al “Amor”.
Concédeme, Señor, el don de Temor que es “principio de sabiduría”. Un temor arraigado en el Amor que produce en el alma un hondo sentimiento de adoración ante tu Majestad infinita. Un temor filial, que huye con premura de todo cuanto sea ofensa o alejamiento de Aquel a quien adora y teme contristar.
Infunde en mi corazón este temor suavísimo que me ha de mantener en constante cercanía de mi Dios y Señor, y en constante lejanía de todo lo que sea infidelidad o pecado.
Quiero que arda mi corazón al escuchar tu Palabra y haz que mi inteligencia iluminada por tu Luz penetre hasta lo más profundo del misterio de tu Amor en la “fracción del Pan”, que parte Jesús para nosotros cada día, llenando nuestra alma de paz y de gozo inefable.
¡Ven Espíritu Santo! Abrasa mi corazón en tu Amor y envuélveme en los efluvios de tu suavidad y de tu dulzura.
¡Ven, Espíritu Santo! Tierra fecunda, finísima fragancia.
¡Ven con tus rayos de luz fulgurantes de conocimiento y de amor: enséñame a despojarme de tantas cosas que no me dejan gustar tu dulcedumbre infinita, Dios mío!
¡Danos la experiencia divina de tu misterio inefable!
¡Luz que vienes de lo alto, ilumina lo más hondo de nuestro ser para que aspiremos solamente a gustar tu amor sin fronteras.
¡Ven! Hazme conocer cuán suave y dulce eres Dios mío, para quien te posee como la Virgen María, “Sede de la Sabiduría” que se sintió transportada de gozo en Dios su Salvador.
¡Ven, Surtidor de agua viva! Purifica toda ignorancia y concédeme vivir en tu Verdad: la que nos hace libres.
¡Oh Espíritu Santo!, dame el don de Ciencia para que sepa descubrir el verdadero valor de las criaturas y no me deje fascinar por ellas. Dame la Ciencia de los santos, para que al contemplar tu obra creadora vea en ella un reflejo de tu Belleza.
¡Oh Espíritu Santificador! Derrama en mí tu Luz para que sepa comprender la distancia que me separa de tu hermosura, de tu grandeza, y que mi pequeñez y miseria necesita de Ti para poder saciar la sed de Infinito que me consume. Hazme partícipe de tu Vida y de tu Amor.
¡Ven, Llama de Amor viva! Conmueve mi corazón y hazlo humilde y sencillo, e inúndalo de mansedumbre y suavidad.
¡Oh Espíritu Santo que eres todo Amor! Adorna mi alma con el don exquisito de Piedad. Sana mi corazón de toda dureza y ábrelo plenamente a la dulzura de la oración. Que al llamar con este nombre a mi Padre Dios, que yo experimente la riqueza de esa dulce palabra: su Bondad, su Ternura, su Misericordia. ¡Qué incomparables atributos! En ellos descanso, en ellos me recreo, en ellos tengo yo mi oasis de paz. ¡Lléname de este don maravilloso! Extingue en mi corazón toda amargura e impaciencia, y ábrelo a la comprensión y a la mansedumbre con todos los hombres, hijos de Dios y mis hermanos. ¡Ven!
¡Ven, Roca y Alcázar! ¡Infúndeme valor y coraje para ser testimonio vivo de Cristo y de su Evangelio! Ven, Defensor en las luchas, Don incomparable.
¡Cuán necesaria me es tu fuerza y tu ayuda en las tribulaciones de la vida! El dolor me asusta y me deprime. Siento una enorme debilidad ante el sufrimiento.
Ven con tu fortaleza a poner esfuerzo y ánimo en mi vivir. Tú, que eres el Dador de toda valentía, cobíjame bajo tus alas poderosas. No me dejes sola jamás, y sobre todo, asísteme en las grandes pruebas de la vida y en la hora de mi tránsito hacia la Patria, donde pienso encontrar en los brazos de Jesús, la eterna alegría.
¡Ven, Espíritu de verdad!, Compañero de camino: confírmame en la fe para dar razón de mi esperanza. ¡Ven, luz de Dios !
Guíame en esta búsqueda de ti mismo, para penetrar a fondo en tu designio amoroso sobre mi vida. Alumbra mi interior, pon alerta mi conciencia para que sepa elegir siempre lo mejor para tu gloria y para mi perfección.
Que sea como la Virgen, mi Madre: Virgen prudente y santa, que me deje guiar por tu consejo íntimo que me llevará a identificarme con Jesús, a tratar de que su Reino llegue a todos los hombres.
Dame el acierto y la seguridad de vivir en tu Verdad, que es el mayor gozo del corazón.
¡En ella descanso, Dios mío!
¡Ven Espíritu Consolador! Que has fijado tu tienda entre nosotros; haz que toda mi vida esté consagrada al “Amor”.
Concédeme, Señor, el don de Temor que es “principio de sabiduría”. Un temor arraigado en el Amor que produce en el alma un hondo sentimiento de adoración ante tu Majestad infinita. Un temor filial, que huye con premura de todo cuanto sea ofensa o alejamiento de Aquel a quien adora y teme contristar.
Infunde en mi corazón este temor suavísimo que me ha de mantener en constante cercanía de mi Dios y Señor, y en constante lejanía de todo lo que sea infidelidad o pecado.
¡¡¡PENTECOSTÉS!!! ¡LA CONFIRMACIÓN DE TU PROMESA!
ResponderEliminar¡¡¡Ahora sí lo entendemos todo, y podemos salir sin miedo a anunciarteee, Señor!!!
¡Has cumplido tu promesaaa!
¡Tu Espíritu Santo nos lo enseña todo!
...Nos enseña que estamos unidos hagamos lo que hagamos, seamos de la religión que seamos, te conozcamos o no te conozcamos aún, porque estamos unidos en TU AMOR INFINITO...y a pesar de nuestras diferencias, dones y pecados, TÚ NOS AMAS SIN CONDICIÓN HASTA EL EXTREMO Y TE DERRAMAS EN NOSOTROS CADA DÍA, SENCILLAMENTE PORQUE TU NATURALEZA ES ¡¡¡AMARNOS COMO SÓLO TÚ SABES HACER!!!
Sin el soplo del Espíritu Santo en nuestras vidas no podemos hacer nada que se considere "BUENO, SABIO, INTELIGENTE, PIADOSO..."... ya que no podríamos sentirnos ¡¡¡hermanos!!! ni amar como Jesús nos amó, ni hablar como Jesús habló, ni trabajar como Jesús trabajó, ni comprender la Voluntad del Padre, que Jesús abrazó...Pero ahora, ¡¡¡ya lo entendemos!!!
Ahora no te diremos más que no te necesitamos...ni te abajaremos a nuestros intereses mediocres del mundo...al revés...te pediremos que nos guíes cada día y que nos vayas creando a tu imagen y semejanza para descubrirnos esos dones escondidos que nos has regalado y así vivir la vida plena que nos has dado!
Ahora pediremos sólo la cruz que lleva nuestro nombre, para seguirte COMO TÚ QUIERES y amar COMO TÚ AMAS...querido Jesucristo, Señor Nuestro!
Pero...¡¡¡Espíritu Santo!!!...aunque sabes que LE amamos...también sabes que nos caeremos, LE negaremos y nos equivocaremos mil veces, y entonces creeremos más en TU PRESENCIA, porque allí estarás consolándonos, reconfortándonos y animándonos para seguir adelante y aceptar que DIOS nos ama y nos hará santos desde nuestra debilidad!
...Con el Bautismo nos diste tu Vida, con la Eucaristía nos alimentaste, y con la Confirmación nos regalaste tu Espíritu Santo, que hoy celebramos con los primeros Apóstoles para que nos envíes como ellos a llevar la Paz y el Amor al mundo...
Te pido especialmente HOY por la conversión a tu AMOR de todos las personas que no te conocen y piensan que sólo existe esta vida temporal...Hazles entender que todos somos ciudadanos del cielo y hemos sido creados para vivir y amar eternamente, y muéstrales el rostro de Jesús en sus circunstancias cotidianas, porque Tú, Espíritu Santo, eres el hacedor de todo lo que ocurre, en Comunión con el Padre y el Hijo,
¡ERES EL AMOR PERFECTO DE LA NATURALEZA DIVINA DE LA QUE NOS HACES PARTÍCIPES!
HAZ LO QUE QUIERAS CON NOSOTR@S, PORQUE TÚ ERES QUIÉN NOS CONOCE, Y SABE DE NUESTRAS NECESIDADES!!!
¡NUESTRA ESPERANZA YA NUNCA QUEDARÁ DEFRAUDADA CON TU PRESENCIA EN NUESTROS CORAZONES, HACIÉNDONOS CONOCER, AMAR Y VIVIR CON DIOS!
¡GRACIAS: QUERIDA BONDAD, PACIENCIA, FIDELIDAD, ALEGRÍA, Y CARIDAD DE NUESTRAS ALMAS, QUE MUESTRAN LA COMUNIÓN CON DIOS!
¡SOPLA CADA DÍA, ESPÍRITU SANTO, EN NUESTRO CORAZÓN!