viernes, 2 de diciembre de 2011

NOVENA A LA INMACULADA. Día 3º



ORACIÓN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco desde este día
alma, vida y corazón;
mírame con compasión
no me dejes, Madre mía.

MONICIÓN
Una escena más de la vida fecunda de la Virgen, conservada por su contemplación y su entrega fidelísima al Evangelio. Una narración toda ella tensa de emociones. Muchas páginas de virtudes heroicamente vividas por la Señora. Vamos a tratar de fijarnos en alguna para aprender nosotros a vivirla cada día.
A cuantos hemos visto la gloria del Señor en la mayor pobreza, nos conceda la paz y la gracia para siempre.

LECTURA (San Lucas 2, 1-7)
"Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iba a empadronarse, cada cual a su ciudad.
También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada."

REFLEXIÓN
Sigamos al fondo de este "huerto cerrado" para recrearnos en la contemplación de una virtud: la pobreza. Suavidad y delicadeza de tonos para dar una fuerte lección. "Él, que siendo rico se hizo pobre..." (San Pablo)
Enseñarnos que en el apego a las cosas no está la felicidad. La Virgen vive la conjunción de la pobreza y la dicha. Desprendimiento. Austeridad. Limpieza. Atención a los pobres con nuestro desprendimiento. No crearse necesidades.

ALABANZAS
1.- ¡Feliz Tú, María, porque has creído en las promesas del Señor!
Dios te salve, María...
2.- ¡Feliz Tú, María, porque eres la Madre del Redentor y Rey del universo!
Dios te salve, María...
3.- ¡Feliz Tú, María, porque eres por tu Hijo, la Corredentora, Reina y Madre de todos los hombres!
Dios te salve, María...

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