miércoles, 7 de diciembre de 2011

NOVENA A LA INMACULADA. Día 8º



ORACIÓN


Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

MONICIÓN

Es el Evangelio de San Juan quien hoy nos va a llevar de la mano para asistir con Jesús, María y los Apóstoles a una escena familiar, entrañable. Pongamos atención al valor de la oración de María: OMNIPOTENCIA SUPLICANTE.
A todos los invitados por Dios al banquete de su misericordia y su Eucaristía, la paz y el gozo en el Señor. Amén.

LECTURA (San Juan 2, 1-11)

´"A los tres días, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: "No tienen vino". Jesús le dice: "Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora". Su madre dice a los sirvientes: "Haced lo que él os diga". Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: "Llenad las tinajas de agua". Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: "Sacad ahora y llevadlo al mayordomo". Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al esposo y le dijo: "Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora".
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

REFLEXIÓN

¿Qué hace María en Caná de Galilea? Participa en una fiesta social. El cristiano es un hombre que vive enel mundo. El hombre es social por naturaleza. El hecho de ser cristiano no lo aisla de la sociedad; vive en ella; tiene que relacionarse con los demás hombres. Cristo en la gran oración sacerdotal no pide al Padre que saque a los suyos del mundo, sino que se santifiquen en el mundo. María nos lo enseña a vivir en esta escena evangélica con discreción, naturalidad, sencillez. Una invitada más, sin insignia especial. Sin ser notada, pero actuando sin ruido. No hay que apoyarse en nuestra condición de católicos para influir; hay que vivir discretamente nuestra vida sobrenatural para ser eficacez. María hace oración en medio del banquete: "No tienen vino". Una oración de ocasión, sin alardes, sin gestos llamativos.

ALABANZAS

1.- ¡Ave, Palacio de Dios, adornado con magnificencia regia, para el Rey de Reyes!
Dios te salve, María...
2.- ¡Ave, Urna de oro purísimo, portadora del maná divino Cristo Jesús, nuestra suavidad y dulzura!
Dios te salve, María...
3.- ¡Ave, Lámpara refulgente de luz, de la que viene a todos los que estábamos en tinieblas de muerte el Sol de justicia que nos trae la inmortalidad!
Dios te salve, María...

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