lunes, 17 de octubre de 2011

BREVE HISTORIA DE NUESTRO CONVENTO (V)



En la diminuta Capilla de la Porciúncula en Asís, se guardan como en rico joyel las raíces de la ORDEN FRANCISCANA, allí están las del Convento de la Santa Cruz de León, que se extenderán más allá de las murallas leonesas...
Ya iba declinando el siglo XVII, que desde su principio le dio renombre nuestro Convento de la Santa Cruz, formando una humilde parcelita de la ciudad de León en la calle de la Canóniga, así se llamaba entonces, el lugar que ocupa este monasterio: recoleto, austero y atractivo, para las muchas jóvenes que iban aumentando la Comunidad de las Clarisas Descalzas, viviendo en la Altísima Pobreza que dejó como norma de vida Santa Clara a sus seguidoras, repartiendo y compartiendo la “riqueza” del amor fraterno universal que trascendía hasta fuera del claustro... Como ya se ha dicho las primeras moradoras y abadesas que procedían de Gandía (Valencia), dos de ellas Sor Magdalena de la Cruz y Sor Isabel Ana, fallecieron en este convento, las otras dos se trasladaron a su lugar de origen una vez puesta en marcha y bien organizada la Comunidad. A fines del siglo XVII eran ya las hijas de León quienes regentaban y animaban la vida claustral de las “Descalzas”. Las raíces de la Porciúncula no se escondían, se extendían, como ya veremos...
En el número 52 del Testamento de nuestra Madre Santa Clara nos dice: “... si sucediere en algún tiempo, que debiesen abandonar este sitio las hermanas y trasladarse a otro, estén sin embargo obligadas a guardar después de mi muerte, dondequiera que se hallen, la sobredicha forma de la pobreza que prometieron a Dios y a nuestro beatísimo P. Francisco...”
Los Superiores de la Orden, de quienes entonces dependía la Comunidad de este Convento de la Santa Cruz de León, habían acordado establecer una comunidad de clarisas de la Primera Regla en la villa asturiana llamada Villaviciosa. Las monjas de León, queriendo ser siempre fieles a lo prometido al Señor según la Regla y Testamento de nuestra Santa Madre Clara, obedientes, decididas y llenas de ilusión, renuncian a vivir con las hermanas de esta Comunidad de León y marchar al encuentro de otras hermanas que nuestro Padre Dios había elegido para hacer fértil plantel de Clarisas en Asturias, las “raíces” de la Porciúncula se extendía hacia un nuevo Convento dedicado a la Virgen María, por eso es titulado de La Purísima Concepción. Fueron designadas a esta Fundación las siguientes Hermanas: María Rosa del Santísimo Sacramento de 55 años de edad, Ignacia de los Dolores de 60 años y María Bernarda del Santísimo, que se ignora su edad.
(De nuestro Archivo Conventual, ASCL)
“El Obispo de Oviedo encomendó oficialmente a José Junco, cura de San Justo, y al regidor Francisco Miravalles..., para que con la mayor decencia, comodidad y custodia acompañaran desde León a Villaviciosa a las dichas Hermanas. Hicieron solemne entrada en esta Villa asturiana el día 2 de octubre de 1755, y fueron recibidas con todo aplauso y regocijo, a repique de campanas y salva de cohetes...”
(Etelvino G. López: “El arbolón de Santa Clara”)
Nuestras tres hermanas citadas, fundadoras del Monasterio de Villaviciosa, después de haber establecido allí nuestra vida de clarisas de la Primera Regla, volvieron a su convento de la Santa Cruz de León, donde acabaron santamente su vida...
En el siglo XVIII, este fue uno de los mayores acontecimientos acaecidos en nuestro Convento, digno de mención y grato recuerdo

(Continuará)

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