sábado, 17 de noviembre de 2012

LEYENDA MEDIEVAL (Capítulo IV)


NOVEDAD FRANCISCANA 
(Cambio de nombre) 

El convento de Sant’Angelo 
 acogió a las dos hermanas, 
 y fue lugar de descanso 
para Catalina y Clara. 
 Aunque Clara se fijaba 
en la vida conventual, 
en cuanto de su observancia 
ella pudiera aplicar, 
cuando empezase la vida 
 consagrada en San Damián. 
En realidad ellas buscan 
la pobreza franciscana. 
Identificarse a Cristo, 
 evangélica enseñanza. 
Quieren seguir a Francisco 
en su género de vida 
adaptado a la mujer; 
como rama femenina. 
 Esta es la gran novedad 
que Clara lleva adelante; 
y que Catalina quiere 
en todo ello imitarle. 
Porque se sintió llamada 
por Jesús, aquella tarde 
de íntimas confidencias. 
Y no puede defraudarle. 
 Es la primera “novicia”; 
 y con valor ha seguido 
 el nuevo ideal de Clara 
con ánimo enardecido. 
Lo ha demostrado en la lucha 
que tuvo que soportar
para seguir a Jesús, 
y poder perseverar.

Enterado del suceso 
Francisco, quedó admirado 
y empezó a llamarla Inés 
por el valor demostrado. 
 Fue el nombre que le inspirara 
Aquel Divino Cordero 
que es Esposo de las almas 
 en la tierra y en el cielo. 
Inés fue también el nombre 
de una mártir de otro tiempo 
 que, enamorada de Cristo, 
por Él, murió en el tormento. 
Este nombre ha de llevar 
Catalina en adelante; 
 llegando a la santidad, 
Santa Inés ha de llamarse. 
Santa Clara y Santa Inés
 unidas en ideal, 
siguieron a San Francisco 
en el que pueden hallar 
 ¡a Cristo Crucificado, 
su Bien Amado total!.

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