DEDICATORIA: A Cristo-Jesús, mi Dios y Señor, que es el protagonista de esta Historia, dedico todo este trabajo y todo mi amor porque "mi vida es Cristo". La Autora.
¡DIOS ES AMOR!
¡DIOS ES AMOR!
"En el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios"
En el principio no existía nada. Existía sólo Dios. Un Ser inefable. El Dios verdadero y único que conocemos por los más ancestrales escritos es un Dios que, lejos de ser una soledad aterradora y prepotente, es un misterio de Amor, en Tres Personas Divinas: Padre, Hijo y Espíritu que se comunican entre sí en la mayor intimidad formando una Unidad única y perfecta en el Amor: ¡Dios es Amor!
Nada hay más atrayente y bello que el Amor. Por eso Dios, siendo Amor es la Belleza, la Bondad, la Verdad, es la Riqueza, la Suavidad, la Ternura, la Paz... Dios es: ¡infinita y eterna Felicidad!
Y en esta su Felicidad, Dios-Amor solamente había implicado a los Ángeles, criaturas creadas bellísimas, como espíritus bienaventurados miles y miles, y millones que le servían.
Aunque pronto entre ellos surgió una lucha pues alguno de estos espíritus tan bellos se rebelaron en este servicio al Señor Dios, Dueño de todos; siendo esta falta tan grave que fueron sepultados en un abismo de fuego, convertidos en demonios o diablos. Estos son los espíritus del mal, que cometieron el gran pecado sin arrepentimiento y sin perdón.
En el principio no existía nada. Existía sólo Dios. Un Ser inefable. El Dios verdadero y único que conocemos por los más ancestrales escritos es un Dios que, lejos de ser una soledad aterradora y prepotente, es un misterio de Amor, en Tres Personas Divinas: Padre, Hijo y Espíritu que se comunican entre sí en la mayor intimidad formando una Unidad única y perfecta en el Amor: ¡Dios es Amor!
Nada hay más atrayente y bello que el Amor. Por eso Dios, siendo Amor es la Belleza, la Bondad, la Verdad, es la Riqueza, la Suavidad, la Ternura, la Paz... Dios es: ¡infinita y eterna Felicidad!
Y en esta su Felicidad, Dios-Amor solamente había implicado a los Ángeles, criaturas creadas bellísimas, como espíritus bienaventurados miles y miles, y millones que le servían.
Aunque pronto entre ellos surgió una lucha pues alguno de estos espíritus tan bellos se rebelaron en este servicio al Señor Dios, Dueño de todos; siendo esta falta tan grave que fueron sepultados en un abismo de fuego, convertidos en demonios o diablos. Estos son los espíritus del mal, que cometieron el gran pecado sin arrepentimiento y sin perdón.
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