En aquellos montes vecinos de Belén velaban los pastores sus ganados. Esta noche también la vieron ellos con extraña claridad y en las estrellas un brillo extraordinario.
¿Qué pasará? se preguntaban unos a otros.
Entonces un suavísimo batir de alas y unas músicas celestiales les pusieron en guardia. Y en ese momento:
"Un ángel del Señor se presentó a ellos y la gloria del Señor los rodeó de luz, quedando sobrecogidos de gran temor.
El ángel les dijo: No temáis, os anuncio una Buena Nueva, una gran alegría que es para todo el pueblo, pues os ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor, en la ciudad de David.
Y esto tendréis por señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre.
Al instante se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo:
¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!
Así que los ángeles se fueron al cielo los pastores se dijeron unos a otros: Vamos a Belén a ver esto que el Señor nos ha anunciado.
Fueron con presteza y encontraron a María, a José y al Niño acostado en un pesebre, y viéndole contaron lo que se les había dicho del Niño. Y cuantos los oían se maravillaban de lo que les decían los pastores.
María guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron glorificando a Dios por todo lo que habían oído y visto, según se les había dicho." (Lc 2, 9-20)
Ellos, los pastores extendieron por los contornos la alegre noticia, y no tardaron en llegar al portal otros grupos de pastores y zagalas que traían al Señor sus ofrendas, mientras cantaban himnos y canciones al recien nacido. Eran los alegres "villancicos" pastoriles que llenaron de júbilo los bosques de Belén en aquel amanecer ideal de la primera Nochebuena de la Historia...
Todos los caminos se hicieron canción. Era la noche más bonita que habían visto los siglos, y por doquier resonaban instrumentos musicales, cantaba jubilosa toda la Tierra...
"¡Nos ha nacido un Niño, es noche de canción!; ¡florece en nuestra tierra, el gozo y la ilusión!
¡Nos ha nacido un Niño, que es todo celestial!; ¡nos trae el bien, la dicha: florece ya la paz!
El Inmenso se ha hecho pequeño, Niño encantador; ¡Aleluya! ¡Cantad jubilosos! ¡Cantad al Amor!"
"Un Niño más hermoso, que las estrellas, descansa en unas pajas, ¡es Nochebuena!
Su madre lo contempla, con embeleso, y repite su nombre, dándole un beso
Jesús es melodía para el oído, Jesús es poesía, ¡es un idilio!
Jesús Niño divino ¡es el amor! ¡Jesús es la alegría!, ¡el Salvador!
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