Autora: Una pecadora arrepentida...
¿llamada a la vocación contemplativa?
En los últimos tiempos del año 2009, vivía en Madrid una florecilla Violeta que no se podía imaginar el regalo que le estaba esperando esta Navidad, después de su más dolorosa NOCHE OSCURA.
Todo comenzó cuando, después de muchos años de tropiezos y caídas, intentando vivir como Jesús, por caminos un poco distorsionados de lo que era su voluntad... la pobre Violetilla, por fin, se negó a sí misma y dejó que las manos de Jesucristo la recogieran del barro y la amaran tanto, tanto, que esta florecilla sin esperanza no pudiera más que dejarse vencer por este perfecto y verdadero AMOR... y así floreció en ella la auténtica NAVIDAD: Cristo se había fijado tanto en ella, que le empezó a explotar su corazón humilde de flor y ya no pudo amar nada más que su presencia en todas las cosas... y sobre todo, en su corazón.
Pasaron los días y la presencia amorosa de CRSITO empezó, muy ardientemente, a adueñarse de Violetita, de una forma particular a través de la contemplación, la fuerza de la Eucaristía, y mediante los diálogos amorosos de la oración constante que mantenía en secreto CON SU AMANTE PERFECTO: JESUCRISTO.
Y... en un bendito día, todos los signos del mundo empezaron a demostrar que CRISTO estaba llamando a la florecilla de una manera muy, muy amorosa, pero también celosa... así que Violetita se sumió de nuevo en una honda inquietud, al no saber interpretar este amor tan profundo, y al ver que con su novio ya nada tenía sentido... Violetita, siempre sola, descubrió que necesitaba acercarse a una comunidad cristiana, ya que no podía pasar más tiempo en esa soledad espiritual, y necesitaba compartir el amor que DIOS le estaba regalando, con otros hermanos que lo entendieran... para discernir si DIOS la quería exclusivamente para ÉL... o era otro su camino.
No sabía cómo pedir ayuda, así que acudió a INTERNET, y empezó a llamar a la casa de los cristianos activos, por ser estos sus preferidos y pensar que CRISTO la amaba a través de la accción... Llamó a Cáritas, Laicos en Marcha, al CORO Diocesano de Getafe, pidió a su confesor que le presentara comunidades de jóvenes de su edad, etc... pero ningunó contestó...
Un día cualquiera, después del trabajo y sin pensarlo, Violetita accedió a su blog de maestra infantil, y en una aplicación que ponía "seguir blogs", empezó a encontrarse con blogs cristianos, y se agregó a uno que decía: CRISTO TE LLAMA... Allí, desesperada y sin fuerzas, escribió sobre su experiencia amorosa con DIOS y sobre su falta de discernimiento ante la vocación que la estaba llamando... y muy pronto fue contestada por las HERMANAS POBRES DE SANTA CLARA y por el PADRE RUBÉN.
Y el viaje hacia el discernimiento de la vocación de nuestra pobre florecilla comenzó...
Las Hermanas Clarisas invitaron a Violetita a su convento para que pudiera conocer cómo vivían en su Comunidad y así ayudarla en su discernimiento... y la violetilla inquieta y buscadora, a pesar de todas las dificultades que tuve que soportar (como la oposición familiar, la ruptura definitiva con su décimo-cuarto novio, los problemas con los billetes, las dudas y los prejuicios personales ante la vida contemplativa, las tentaciones de alejamiento ante el deseo de ser sólo para Cristo y no sentirse digna, etc.), y teniendo muy presente en su corazón las palabras de San Agustín: "el AMOR surge del CONOCIMIENTO", y sabiendo que si no conocía ahora a esta comunidad y experimentaba con sus propios ojos la vida contemplativa de claususra, nunca llegaría a saber si ésta realmente era su vocación. El día 1 de enero del bendito nuevo año 2010, ¡¡¡por fin!!! la florecilla inquieta y aterrorizada se montó en un tren llena de dudas, dirección al CONVENTO DE LA SANTA CRUZ, FF. CLARISAS DESCALZAS DE LEÓN... que más tarde rebautizaría con el nombre de HOTEL DEL VERDADERO AMOR, después de su fructífera y amorosoa experiencia... pero no adelantemos acontecimientos.
Violetilla aventurera, por fin llegó a la puerta del convento... y los minutos que siguieron antes de que se abriera la puerta y viera a la primera de las hermanas, fue la última de las tentaciones que sufrió la pobrecilla, absolutamente asustada porque desde fuera le parecía un lugar siniestro, en el que no se vislumbraría ni un rayo de luz, y pensando que todas las monjas serían viejas y amargadas y sería ésta otra de las pesadillas que tendría que sufrir por haberse dejado llevar de nuevo por sus impulsos, pero lo que no sabía nuestra florecilla inquieta es el regalo de amor que CRISTO tenía preparado dentro de ese convento...
Se abrió la puerta y apareció un TEMPLO VIVO DE AMOR a recibirla... (no puede describirlo la protagonista de esta historia de otra manera)... De repente, empezaron a llegar todas las hermanas, y recibieron a la florecilla en una habitación (locutorio) completamente iluminada por ventanales enormes, y adornada con cuadros preciosos, de los que destacaría el preciosísimo de San Francisco meditando en la montaña con los pajarillos...
Y LA PALABRA SE HIZO CARNE Y ACAMPÓ ENTRE NOSOTRAS... Un amor inexplicable inundó por completo a Violetilla al ver las caras de felicidad plena de estas almas enclaustradas en el Corazón de CRISTO; al ver sus risas perfectas, al sentir su profunda fraternidad y alegría por la llegada de una completa desconocida a la que estaban tratando como a una HERMANA más, al ver su preocupación por todas las dificultades que había pasado la florecilla inquieta y al estar al servicio completo ante ella y servirle una deliciosa comida (la primera que disfrutó nuestra florecilla en sus primeros minutos dentro del HOTEL DEL VERDADERO AMOR, tal y como llamaría al convento a partir de ahora).
Tuvo hambre y la dieron de comer, sin juzgarla, sin ninguna pretensión... Violetilla comenzó a sentir paz en su corazón y todos los prejuicios y miedos desaparecieron sintiéndose agradecida por el regalo que Cristo le estaba haciendo al ver su ROSTRO perfecto en estas esposas amadas por ÉL... Y pensaba Violetilla, mientras probaba la deliciosa comida que le habían preparado las Hermanas... "A Dios nadie le ha podido ver, a Jesús de Nazaret sólo le han llegado a ver unos pocos afortunados en vida, pero al ESPÍRITU SANTO encarnado en los corazones de quienes le aman de veras y reciben toda su Gracia, a mí me ha tocado verlo y sentirlo hoy, aquí encarnado en estas HERMANAS AMOROSAS"... "Gracias SEÑOR porque tu Palabra se ha hecho carne".
Y entonces se produjo el MILAGRO: el tiempo se paró, las diferencias de edad entre las Hermanas y la florecilla desaparecieron, y la Violetita sintió que estaba teniendo su primera conversación espiritual verdadera y que se estaba comunicando con una nueva familia que ya nunca la abandonaría... Y todo transcurrió como la vida misma, experimentando el Evangelio a través de los pequeños detalles cotidianos, las obras sencillas, la buena disposición, la alegría verdadera, la amistad... Pero lo más importante de todo, es que la dudosa e inquieta Violetilla llegó a conocer el verdadero sentido de la contemplación y el poder de la oración, ¡¡¡y sólo por eso llegó a amarlo!!!
Y su FE aumentó cuando asisttió al sagrado lugar donde las ESPOSAS amadísimas de CRISTO rezaban sus oraciones por toda la humanidad y contemplaban y alababan a Jesucristo mediante la Gracia de su PALABRA... En este momento fue cuando la florecilla comprendió el valor escondido de estos TEMPLOS VIVOS DE ALABANZA ANTE EL SAGRARIO, que con sus oraciones durante la jornada diaria, sostenían de manera oculta la FE de toda la Iglesia y comprendió que si un enfermo no tiene fuerzas para orar, ellas estaban rezando por él... si un bebé no tiene consciencia todavía para orar, ya ellas, instrumentos de oración y alabanza a Dios, se encargan de pedir y rezar por él... si un ateo no conoce todavía a Jesucristo, ya ellas se encargan de que el aliento de sus oraciones toque algún día el corazón de esta solitaria sombra del hombre sin DIOS.
YA ELLAS SE ENCARGAN DE SOSTENER EL MUNDO CON SUS ORACIONES, pensaba Violetita, pero no con sus propias fuerzas, sino a través del sacrificio que han hecho con su vida: ser absolutamente de CRISTO, esposas del ESPÍRITU SANTO que habita en ellas y las colma de GRACIA, para que sus oraciones den fruto.
Con la florecilla perdida, estas oraciones sí que habían dado fruto y entonces fue cuando Violetita sintió y entendió y amó el verdadero valor de la CLAUSURA: ser un regalo constante en donación a CRISTO, y curar a toda la humanidad a través de la CONTEMPLACIÓN, de la ORACIÓN, y como no, viviendo COMUNIÓN FRATERNA, por lo tanto a través también de la acción... un trabajo oculto que no se puede comprender ni llegar a amar sin una madurez espiritual grande y sin una fe ciega como la de un niño.
Nuestra florecilla, ya enamoradísima de la vida contemplativa, sintió que si algún día le fallaba la fe y las fuerzas para orar, ESTOS TEMPLOS VIVOS DE AMOR rezarían por ella y sus oraciones darían frutos, como dice el Evangelio: "Todo lo que pidiereis en mi nombre se os dará".
Así que, Violetita también comenzó a rezar con las hermanas, y les decía desde lo más profundo de su corazón: "ORAD SIN CESAR, PORQUE SIN VOSOTRAS, amadísimas por Cristo, tocadas por su Gracia, SIN VUESTRO SACRIFICIO DE AMOR, los que no tenemos fuerzas no nos sostendremos"... ¡La oración es el origen de la acción! Porque el ESPÍRITU SANTO vive en vuestros corazones permanentemente, y ese es el regalo de vuestra boda con CRISTO.
Pero ¿cómo saber si éste era el camino, la vocación de Violetilla? Había dado un paso grande, que era comprender y amar la contemplación, pero todavía tenía que discernir si CRISTO la llamaba para esa vida...
Jesucristo regaló a Violetita varias lámparas para alumbrarle el camino:
Una de ellas fue la del Padre Rubén, que alumbró muchísimo con su conversación el corazón de la pequeña.. (¡Precioso regalo que guardará y meditará siempre!)
Otra lámpara encendida fue la de la Madre Sor Mª Belén, que, después de largos diálogos en los que pudo descubrir el alma franciscana de Violetita, le aconsejó que caminara despacito y conociera todo el carisma franciscano en su totalidad: todas las vocaciones a las que CRISTO estaba llamando a sus sedientos amantes, por ejemplo, la ORDEN FRANCISCANA SEGLAR.
Y Violetita recibió otro precioso regalo del Señor: conocer a Manuela, una joven que pertenecía a la Orden Franciscana Seglar, y con la que compartió la primera Eucaristía del año nuevo... Y éste encuentro fue encantador, y otra luz en el camino del discernimiento vocacional, así que, la florecilla agradecida conservó y meditó en el corazón todo lo que le pasó en este HOTEL DEL VERDADERO AMOR.
Y llegó el día de la despedida... y Violetita sintió que fuera o no el camino de la contemplación su vocación, se iba de allí dejando una familia que siempre estaría con ella unida en ORACIÓN.
¡La florecilla se fue, sin saber cuál era su camino todavía, pero cumpliendo uno de sus objetivos: comprender el valor de la vida contemplativa y llegar a amarlo!
Volvió a casa llena de alegría, llena de amor, inspiración divina, esperanza, y deseando que todo lo que había vivido con las Hermanas Pobres de Santa Clara, el Padre Rubén y Manuela, pudiera dar frutos en su vida cotidiana, en su trabajo, en su familia, etc. Y sobre todo convencida plenamente de entregárselo todo a CRISTO, su nuevo novio, el único que la podía satisfacer de verdad! (¿Creéis que lo conseguirá...? Sólo si esa es la voluntad de DIOS, pero lo importante es que ella siente que tiene que amar a CRISTO por encima de todo, ¡¡¡y es lo único que le hace feliz plenamente!!!)
Y la renovada florecilla franciscana pensó en escribir un cuento con sus aventuras para que cualquiera que estuviera en su situación, pudiera conocer su testimonio, que resumiría así: "Merece la pena abandonarte a la Gracia de DIOS, sacrificar todo lo que tienes y lanzarte al viaje de conocer algo nuevo, siempre que sea inspirado por el AMOR que CRISTO pone en tu corazón". "No importa que no conozcas aún la voluntad de DIOS, hay que caminar y si te equivocas, volver a retomar el viaje por otro camino... siempre escuchando la voz de CRISTO e interpretando las señales que te va regalando..."
Moraleja: (Voz de la florecilla Violeta): "He vivido dos días el Evangelio hecho carne con las Hermanas Pobres de Santa Clara, el Padre Rubén y la joven seglar franciscana, Manuela... Sea cual sea lo que CRISTO te dice en el corazón, por favor, ¡¡¡no temas!!! ¡y lánzate a la aventura de seguirle! Yo he conseguido una nueva familia que nunca me dejará, he aumentado mi FE y ¡¡¡AMO CON TODO MI CORAZÓN LA VIDA CONTEMPLATIVA!!!
Te invito, si sientes esa llamada y esa inquietud, a que vengas al HOTEL DEL VERDADERO AMOR que CRISTO me ha hecho encontrar en este convento de León... y a que experimentes el AMOR verdadero y fraterno más grande que yo haya conocido jamás: el de CRISTO habitando en los corazones de estas HERMANAS que ya nunca me dejarán!"
(Continuará...)