lunes, 5 de diciembre de 2011

NOVENA A LA INMACULADA. Día 6º



ORACIÓN


Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve, raíz; salve, puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, oh hermosa doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

MONICIÓN

Hoy nos corresponde contemplar a Nuestra Señora en uno de los momentos más patéticos de su vida y una de las lecciones más urgentes de vivir: la defensa de Cristo.
A todos los que aman a Cristo y por defenderle en la vida de trabajo, de diversión y en la intimidad del hogar, sufren la persecución y el desprecio del mundo, el consuelo y la gracia para siempre. Amén.

LECTURA (San Mateo 2, 13-15)

"Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: "De Egipto llamé a mi hijo".

REFLEXIÓN

¿Cómo se comporta la Virgen para defender a Jesús? No pierde el tiempo. No espera. Aquella misma noche. Con suma discreción. No se perdona ningún sacrificio. Jesús, en nuestra vida cristiana, se encuentra también perseguido. Hemos de defenderle en nosotros (vida de gracia). En la Iglesia. En los demás. La defensa de Dios nos acarreará el sacrificio y la renuncia a muchas cosas. A los mártires les costó la sangre.

ALABANZAS

1.- ¡Ave, Inmaculada Madre de Dios, Reina de los ángeles y de los santos, vida, dulzura y esperanza nuestra!
Dios te salve, María...
2.- ¡Ave, llena de gracia, gloria de los querubines, honor de los serafines y excelsa entre todas las criaturas!
Dios te salve, María...
3.- ¡Ave, Purísima y dignísima de todo obsequio y alabanza! Tú recibes nuestras preces y las haces válidas ante el trono de Dios.
Dios te salve, María...

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