domingo, 4 de agosto de 2024

NOVENA A SANTA CLARA. DÍA 2º


 
ORACIÓN
          Oh Dios omnipotente, que con Santa Clara hiciste resplandecer en tu Iglesia y en el mundo una nueva luz de santidad, haz que su ejemplo e intercesión nos anime para que también nosotros seamos fieles testigos  de tu amantísimo Hijo. Por Jesucristo nuestro Señor.

DÍA 2º

Del evangelio de San Lucas (1, 42)
“Isabel exclamó en alta voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”



REFLEXIÓN
Un gesto de exquisita caridad es el de visita a Isabel, hace poco que se ha realizado la anunciación y el acontecimiento único de su maternidad divina. María lleva en su seno al Salvador y su primer pensamiento es ir a prestar ayuda a su pariente, próxima a dar a luz a su hijo.
También en el ánimo de Clara, consagrada ya totalmente a Dios, la delicada flor de la caridad crece frondosa y se transforma en una prueba de afecto hacia su madre Ortulana, que la ha seguido en el camino de la consagración.

DE LA LEYENDA DE SANTA CLARA
         “Un niño de Perusa tenía un ojo velado por una mancha: fue conducido a la santa sierva de Dios. Ésta, después de palpar el ojo del niño, lo signó con la señal de la cruz y dijo: “Llevadlo donde mi madre, que ella repite sobre él la señal de la cruz”. Doña Ortulana, su madre, siguiendo a su plantita había ingresado también después de su hija en la religión; y en aquel huerto cerrado, ella, viuda, servía con las vírgenes al Señor. Y he aquí que en cuanto recibió de ella la señal de la cruz, inmediatamente el ojo del niño quedó limpio de la mancha y vio clara y diáfanamente.”

Pidamos al Señor por intercesión de Santa Clara, 
las gracias que deseamos alcanzar en esta Novena.

Padrenuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN FINAL
¡Oh Virgen prudente, Ángel de la Eucaristía,
Santa Clara de Asís, mensajera de paz y amor!
Tú que en la tierra fuiste dispensadora
de los tesoros de la divina bondad,
atiende las súplicas
que te dirigimos en esta Novena,
y dígnate acogerlas favorablemente
a mayor gloria de Dios
y bien de nuestras almas. Amén.



CANTO
Miro tus  manos de rosa,
cargadas de inmensos amores,
blancura de Hostia que adoran
los ángeles santos y hombres.
Manos de virgen que cantan
mil versos, cadencias de amor.
Manos llenas de ventura,
pues son portadoras de Dios.
¡Ave, seráfica flor!
¡Ave, eucarístico amor!
¡Ave seráfica flor,
en el jardín del Amor!


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