viernes, 9 de agosto de 2024

NOVENA A SANTA CLARA. DÍA 7º


ORACIÓN
    Oh Dios omnipotente, que con Santa Clara hiciste resplandecer en tu Iglesia y en el mundo una nueva luz de santidad, haz que su ejemplo e intercesión nos anime para que también nosotros seamos fieles testigos  de tu amantísimo Hijo. Por Jesucristo nuestro Señor.


DÍA 7º

Del evangelio según San Juan (6, 35)
         “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed.”

REFLEXIÓN
         Jesús es el don más grande del Padre a la humanidad. Clara, digna hija de Francisco, hace de él el centro y el quicio de su vida espiritual. La presencia dulcísima de su Señor en la Eucaristía es el supremo consuelo de su alma y la fuerza segura contra todos los peligros. Contra el asalto de los sarracenos Clara suplica a Jesús Eucaristía y aleja el grave peligro del peligro del monasterio de San Damián y de la ciudad de Asís.
DE LA LEYENDA DE SANTA CLARA
         “En esta situación, lánzase una vez el furor enemigo contra Asís, ciudad predilecta del Seños, y avecinándose ya el ejército a las puertas, los sarracenos, cayeron sobre san Damián y entraron en él, hasta el claustro mismo de las vírgenes. Se derriten de terror los corazones de las damas pobres, balbucean presas de espanto y acuden a su madre entre lágrimas. Ésta, impávido el corazón, manda, pese a estar enferma, que la conduzcan a la puerta y la coloquen frente a los enemigos, llevando ante sí la cápsula de plata, encerrada en una caja de marfil, donde se guarda con suma devoción el Cuerpo del Santo de los Santos. Y prosternándose de bruces en oración ante el Señor, le dice a su Cristo entre lágrimas: “¿Te place, mi Señor, entregar inermes en manos de paganos a tus siervas, a las que he criado en tu amor? Guarda, Señor, te lo ruego, a estas tus siervas a las que no puede defender en este trance”. En seguida, desde este propiciatorio de la nueva gracia, una voz como de niño se dejó sentir en sus oídos: “Yo siempre os defenderé”. “Mi Señor –añadió Clara- protege también, si te place, a esta ciudad que nos sustenta por tu amor”. Y Cristo a ella: “Soportará molestias, mas será defendida por mi fuerza.””

Pidamos al Señor por intercesión de Santa Clara,
las gracias que deseamos alcanzar en esta Novena.

Padrenuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN FINAL

¡Oh Virgen prudente, Ángel de la Eucaristía,
Santa Clara de Asís, mensajera de paz y amor!
Tú que en la tierra fuiste dispensadora
de los tesoros de la divina bondad,
atiende las súplicas
que te dirigimos en esta Novena,
y dígnate acogerlas favorablemente
a mayor gloria de Dios.
 

Ángeles y Santos: Santa Clara de Asís, la Eucaristía y los sarracenos CANTO

Mas hubo una asechanza
en que el temor fue grande, pavoroso…
pero tu gran confianza
pusiste en el Esposo
y Él te escuchó solícito, amoroso.

¡No temas que has de ver
el fin de este peligro y aventura,
pues siempre Yo he de ser
tu Custodia segura!
¡Estoy contigo, en toda tu andadura!

Este milagro obrado
colmaba tu alma de gran alegría,
y hacia tu Bien Amado
¡con amor que extasía!
orabas a su Santa Eucaristía.




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